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Las Plumas

Sonora como cementerio

Francisco Gonzalez Bolon

Cajeme, Hermosillo, Caborca y Puerto Peñasco se han convertido en nota nacional y hasta internacional.

Y no es para menos. Tan solo en el fin de semana pasada alrededor de 22 osamentas fueron encontradas en cementerios clandestinos de la entidad, sobre todo en la capital y Obregón.

Hay mucho temor entre la población acerca de estos hechos. No hay día en que la violencia deje de estampar su sello en las colonias de las ciudades, del norte y sur de la entidad.

Y, sobre todo, hay mucha incertidumbre porque no se ve a simple vista quién pueda ser el valiente que se atreva a detener esta ola violenta que acerca cada vez a Sonora a los números de las entidades más violentas del país, y del mundo incluso.

Según los reportes, Tijuana encabeza la lista de las ciudades más violentas del urbe con una tasa de 134 personas asesinadas por cada 100 mil habitantes.

Luego, vienen las cifras de Ciudad Juárez, Chihuahua, con al menos 104.54 asesinatos por cada 100 mil habitantes y con tasa de 85.54, está Uruapan, Michoacán, además de Irapuato, Guanajuato, y Ciudad Obregón.

Según el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Justicia Penal, aproximadamente un 40% de las poblaciones con mayor violencia en el orbe, son mexicanas. Solamente como ejemplo, en 2019 se llegó a un total de 34,608 personas asesinadas en el país.

La verdad, no es ningún orgullo estar en esa lista. Significa, ni más ni menos, que algo está fallando. Y no hablo solamente de la parte que corresponde a los gobiernos, encargados de garantizar la paz para las familias mexicanas.

También me refiero a lo que como sociedad se está haciendo en la construcción de escenarios diferentes a los que se viven. Cada integrante de este país tiene la obligación de educar a las nuevas generaciones en mejores modelos de vida, alejados de la corrupción, de los ejemplos de vivir cómodamente sin trabajar y, sobre todo, a respetar la vida y patrimonio de los demás.

Y a los que fueron electos para gobernar, les toca crear condiciones para que haya seguridad en todos los niveles, partiendo del trabajo a favor un mayor bienestar social para cada ciudadano, de tal forma que no haya necesidad de robarle hasta la vida al vecino.

Se les eligió y se les paga para cumplir y hacer las leyes, pero muchos de ellos solamente están en los puestos pensando cómo acomodarse para el próximo ciclo electoral y descuidan todo para auto promoverse como los mejores cuando en realidad no cumplen con lo mínimo.

Estamos a tiro de piedra de las próximas elecciones y el hartazgo por la gran cantidad de crímenes, fosas clandestinas, secuestros, robos y asaltos ya no le corresponde solamente a los gobiernos del PRI o el PAN, como antaño.

Los provenientes de Morena, al menos en Sonora no han dado motivos para pensar que son mejores en el ejercicio del poder y eso también lo habrá de calificar la población en las urnas, aunque hoy ya se ufanen como los próximos gobernantes de la entidad.

Hay que asimilar aquello que del dicho al hecho, como en el combate a la delincuencia, hay mucho trecho.

Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx