Silva Pinal: la última diva
Navojoa: falta el cronista
Con pesar hay que advertir que el nuestro es un país que se está quedando sin divas. Aunque primero habría que reconocer si efectivamente las ha tenido o las tiene. Por desgracia no deben ser muchas. Y la más notable y distinguida de ellas acaba de fallecer. Silvia Pinal murió a una edad grandiosa y admirable: 93 años. Parecería que tuvo permiso superior para lograr una admirable vida como fue la suya propia.
Diva puede ser un término jabonoso o increíble en cuanto a su cabal significado. Simple o exclusivamente quiere decir algo así como diosa. Con eso bastaría para no andar tratando de complicarse la existencia tratando de averiguar los alcances del término. Según explicaciones reconocidas, la palabra se utiliza para calificar a una figura del espectáculo que tiene gran fama. Al tenor de estas definiciones, las divas son grandes estrellas que destacan por su popularidad y su...talento. Pero lo más llamativo del término es que, para fines prácticos, se traduce como diosa.
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Al tenor de estos pormenores, no cabe duda que Silvia Pinal fue eso y más. Terrenalmente, bien se podría reconocer o decir de ella que fue una artista verdaderamente completa en toda la extensión de la palabra. Como ninguna otra artista en México, incluida o por sobre María Félix. El único parecido entre ellas es que ambas eran originarias de Sonora. Silvia Pinal nació en Guaymas y con María Félix se discute (o se discutió) si vino al mundo en Navojoa, Álamos, San Bernardo y algún otro lugar más.
Silvia Pinal fue invariablemente una dama del escenario poseedora de una gran vocación o capacidad de trabajo, aparte de su belleza y porte escultural y su muy humana forma de ser. No se encasilló en ningún quehacer artístico: fue actriz (algunas de sus películas son memorables), hizo teatro, televisión, discos, produjo programas e incursionó en política como diputada y senadora. Y siempre sonriente y bella, no como otras. Descanse en paz tan admirable mujer y artista.
Mientras tanto, pasa el tiempo y la designación de quien sería el cronista de Navojoa no se produce todavía por razones que se ignoran, por lo menos públicamente. Este nombramiento ha debido esperar casi todo el tiempo del mundo para que se haga efectivo. Pero en concreto es hora de que no se tiene nada al respecto. No es que se trate de un cargo de primerísimo orden para la salud política o administrativa del municipio. Pero lo que pasa es que oficialmente en diversas ocasiones se ha dicho que se haría el trámite respectivo, por lo que no deja de llamar la atención en estas alturas (fin de año) que todavía no se haya formalizado nada en el sentido a que se alude. Sorprende la lentitud o desgano oficial con que se ha asumido este asunto en Navojoa.
Aunque quizá esta situación cambie pronto a tono con una declaración reciente del diputado local Próspero Valenzuela Muñer. Sucede que en el Congreso local se produjo una exhortación para que los municipios que estén en esa coyuntura designen a sus respectivos cronistas. Cabe anotar que Navojoa suma más de seis años sin tener a nadie que haga la crónica habitual del municipio. Luego, entonces, parecería ser hora de que se produzca la designación o elección respectiva.
Por lo demás, debe admitirse que eso de que parecería no es más que un mero decir, lejos o cercano de la realidad. Podría reconocerse que la mediación del Congreso en el tema acaso termine por activar el mecanismo que tiene que ver con el cronista navojoense, pero eso es algo que todavía falta por llevarse a cabo, si es que realmente los hechos van a ocurrir así. En condiciones normales no tendría por qué darse un exhorto como el producido en la legislatura local.
La verdad es que un Ayuntamiento tendría que ser el primer interesado en tener un cronista debido y oficialmente reconocido. Y no para que haga el relato de la Revolución y tiempos que le siguieron, sino el propio de los sucesos de hoy. Todo mundo sabe lo que pasó en aquellos ayeres y sus personajes. Pero bien a bien se ignora cómo o bajo qué circunstancias, como el navojoense ha venido forjando su trazo desde una perspectiva inmediatamente local. En Navojoa hace falta una historia más propia, más localista, más inmediata. Repetir lo sabido equivale a perder el tiempo. Valdría la pena intentar el recuento de los hechos histórica y genuinamente navojoenses, tanto los de ayer como los actuales.
armentabalderramagerardo@gmail.com