buscar noticiasbuscar noticias

Posiciones encontradas en emergencia



Noticia Relacionada


Y como siempre había sucedido desde la década de los ochenta, cuando empezaron a tener presencia los planes emergentes y los pactos, el Gobierno Federal establecía los acuerdos con los empresarios y los trabajadores para llevar a cabo un esquema de recuperación económica que permitiera que la economía nacional continuara con su proceso de producción de bienes y servicios, aplicando los rescates mediante apoyos directos a las empresas, con recursos del erario y a otras que presentaban deudas se tomaban como propias.

Y todo con el objetivo de que la planta productiva no frenara su avance, porque hacerlo implicaba pérdida de empleos y dejar de producir bienes y servicios que la nación necesitaba y entonces con ese objetivo se procedía para que eso no sucediera.

Y los procedimientos y compromisos financieros que realizaba el país, por conducto del gobierno federal, a nadie le preocupaban y la planta productiva se activaba y la vida nacional seguía su marcha.

Si todo lo que se hacía cumplía con los objetivos originalmente planteados, no se cuestionaban y poco se evaluaban, porque la economía con sus altas y bajas seguía su camino, independientemente si fue lo mejor en ese momento para evitar la bancarrota del país.

Aunque con el paso del tiempo, en las evaluaciones del organismo que mide el bienestar de los mexicanos, denominado Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, (Coneval), determinara que existen en el país, 52 millones de pobres, en una población de alrededor de ciento treinta millones.

Lo que llega a indicar, que los planes de reactivación económica y pactos suscritos anteriormente, no lograron hacer mucho por la mayoría de la sociedad, porque la cantidad de pobreza continuó a la alza, con unos pequeños indicadores de movimientos hacia abajo, aunque momentáneos.

Ahora en el 2020, al parecer en la sociedad mexicana, el Gobierno Federal está tomando su lugar, al definir en una emergencia sanitaria, que demanda una emergencia económica que permita reactivar las actividades productivas al pasar esta crisis de salud, que logre determinar cuáles serían los objetivos para una pronta recuperación en los dos sentidos.

Por su lado, el sector empresarial demanda apoyo en rubros necesarios para el funcionamiento empresarial, dirigido a preservar la planta productiva y por consiguiente los empleos de miles de mexicanos.

Hasta aquí cada quien tiene su posición y cada una de ellas es viable, pero en la situación que hoy se vive lo que menos interesa a la mayoría es una división social que lleve al país a un problema mayor, que vendría a ser el quebranto de la producción de bienes y servicios porque son la base de la economía.

Puede ser que cada quien quiere sustentar su presencia en el país: uno, recuperar la investidura real del poder público y, el otro, manifestar su participación necesaria en el desarrollo económico a partir del avance de la planta productiva y por lo se está haciendo por las dos partes, no es lo que se requiere en estos momentos en una situación de crisis nacional.

Está bien que cada uno, gobierno y empresarios, tomen su lugar, pero la negociación es mejor que la distención, porque tarde o temprano las necesidades van a rebasar a las dos partes y lo más viable es el replanteamiento de las acciones a realizar.

Es claro que con la dispersión de los apoyos sociales que se otorgan a la población, no se genera actividad productiva sino consumo solamente y tampoco es la respuesta a la problemática que existe y la que viene, que será mayor; no lo es tampoco, el endeudamiento que es la salida más sencilla, sin buscar otros esquemas.

Existen razones por cada parte y la que prevalezca deberá ser la más viable para todos, porque ya es tiempo, de que el país empiece a tomar su nivel de respuesta económica hacia su sociedad para aspirar a otros niveles de bienestar y pero con distensión de los principales actores, y con el tiempo en contra lo que se ve en el horizonte, es un quebranto en la planta productiva y no es el mejor camino.

La sociedad demanda otro futuro para el país y ese es el que existan oportunidades suficientes para contribuir al desarrollo económico y social, pero también el lograr que exista un sector empresarial en crecimiento.

Lo que sí se observa en el análisis del Gobierno Federal, que este no es un cambio de Gobierno, sino un cambio de régimen y es ahí donde está la diferencia de la forma de hacer las cosas, en este Gobierno Federal y los anteriores.

Hoy son tiempos de unidad y responsabilidad social, no de conversión política, porque para eso ya habrá tiempo.

DEL ESCRITORIO

Poco o muy poco es lo que se desarrolla en las actividades económicas nacionales, porque todo está sujeto a la emergencia sanitaria y como es así, muchas de las empresas productoras de bienes y servicios están en cierre temporal hasta que no se dé otra indicación. Pero lo complicado sería el desabasto en algunos productos de consumo inmediato, lo que generaría una problemática mayor, aunque esperamos que no suceda… En un análisis la Organización Mundial de Comercio, indica que esta actividad tendrá una reducción del 32%, lo que manifiesta que será de bastante impacto en la economía de muchos países exportadores… La pandemia en el país está dejando llegar la espiral inflacionaria al presentar por situación de demanda, movimientos de precios en estos tiempos de solidaridad.