Pescadores y la Virgen
En Yavaros pidieron a la Santa Patrona sus oficios superiores para que mejore la situación de una de las “peores” crisis por la que han pasado...
En un mundo tan complicado y áspero como el de hoy, invocar con fervor pleno y absoluto convencimiento los poderes del Cielo para que resuelvan o ayuden a resolver problemas terrenales con efectos complicados de por medio, se ha vuelto de suyo una actitud colectiva más o menos ejercida en ambientes laborales del sur de la entidad. Primero fueron agricultores los que recurrieron a este expediente de solicitar auxilio superior para que se produjera el milagro de la lluvia productiva.
Cabe suponer que las cosas al respecto no han ido del todo mal hasta ahora, si bien cabría suponer que pueden mejorar sensiblemente, como, sin duda, en buena ocurrirá. El caso es que, también prestos y directos, el martes de esta semana pescadores de Yavaros pidieron a la Virgen del Carmen sus oficios superiores para que mejore la situación de su sector laboral, sometido, como se sabe, a una de las “peores” crisis por la que han pasado recientemente.
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Su actitud es la correcta porque, en principio, la Virgen del Carmen es ni más ni menos que la Santa Patrona de Yavaros. Actitudes como la descrita son de llamar la atención por la sencillez o la profundidad con que son sustentadas. Es decir, con una gran esperanza y convicción de que sus planteamientos serán escuchados con atención y prontitud, lo cual, por supuesto, desea también la opinión pública regional. No puede esperarse otra cosa habida cuenta de lo que está en juego para un importante y necesitado sector de la pesca sureña.
Las cosas productivas del mar en verdad están críticas. Ramón Valenzuela Ruelas, dirigente de la Cooperativa Loma Parda de Yavaros, señaló que la captura que emprenden tiene que ver sólo con la jaiba, sin veda desde fecha reciente. Pero en términos económicos las cosas no le van bien al respecto. Significativamente tienen un promedio único de sólo 15 kilos por barca. Y, como queda de manifiesto, así no se puede.
En esta virtud, a poco más de dos semanas de trabajo, Valenzuela Ruelas señaló que los resultados son muy bajos, como evidentemente lo resultan. “Por eso –añadió— en su día le pedimos a la Virgen del Carmen que nos ayude para que las cosas mejoren”. Tal es la idea y cabe esperar que así sea en los hechos. Y más con las plegarias a manera de auxilio que los pescadores han dirigido a las alturas desde donde todo lo pueden. Que todo sea para bien.
Mientras tanto, la elección de regidores étnicos en el sur de la entidad está por llevarse a cabo en un ambiente no precisamente singularizado por señales más o menos optimistas o tersas. Una prueba de lo anterior es la siguiente expresión: “…la elección debe ser abierta y no una en la que voten unos cuantos”. Si esta frase no es presagio de algo, habrá que buscar en el diccionario lo que significa la palabra presagio (además de ser el título de una muy sentida melodía de Los Muecas).
La frase la suscribió periodísticamente Abel Ramírez Torres, dirigente de la agrupación Jiapsi Yoreme, además de ex regidor étnico. En otras palabras, todo permite suponer que sabe de lo que habla. Prueba de ello es que no tuvo mayor empacho para cuestionar el quehacer del Instituto Estatal Electoral, un organismo al que, por lo demás, muy a menudo cuando no le llueve le llovizna, con algún chubasco de por medio para que tenga chiste.
En este orden de ideas, los cuestionamientos de Ramírez Torres al IEE se produjeron por el reclamo de que debe ser más transparente y apegarse totalmente a los usos y costumbres de la Tribu Mayo. Además, en ese organismo por lo visto están pensando en llevar a cabo una elección a través de una asamblea de delegados, en la que, por añadidura, participen únicamente los directivos de las iglesias.
Ramírez Torres no se anduvo por las ramas y dijo que “en este asunto somos todos”. Y, por lo visto, el término todos debe traducirse precisamente como todos para que nadie se haga bolas con su particular entendimiento. La idea entonces es que el pueblo indígena tenga voz y voto. La intención es que participen los danzantes de Pascola, los fariseos, los fiesteros y todos los que tienen que ver con los usos y costumbres tribales. En lo dicho: todos son todos. Ojalá y eso resulte posible por el bien mismo de la Etnia Mayo. Y de resultar así, lo deseable también será que los hechos no se salgan de proporción llegado el caso.
Tiene que asumirse que eventos de esta naturaleza ya no pueden llevarse a cabo en el marco de una ambientación rijosa o pleitista. Es hora de que trámites o procesos como el descrito queden rigurosa y verdaderamente sujetos a los modos legales o de costumbre propios de la etnia. Y por añadidura, es hora también de que la figura del regidor étnico asuma la importancia que sin duda tiene o debe tener en los Cabildos de que forma parte. Se trata de un edil como cualquier otro, porque en lo político represente a toda una tribu. De allí arranca su notable significación pública. Que no la echen a perder…
armentabalderramagerardo@gmail.com