Periodismo como escudo
Corruptos usan la noble profesión como una manera de presionar para la consecución de sus bribonadas
El periodismo como profesión es de los mejores del mundo. Al menos a quienes lo hemos abrazado como parte de nuestras vidas, nos parece que, como dijera Gabriel García Márquez, es el mejor oficio del mundo.
Indudablemente, cuando se ejerce con verticalidad y honestidad, trae innumerables satisfacciones porque, al ser enlace entre la sociedad y las autoridades, se logran respuestas para los problemas sociales presentados a través de los medios de comunicación.
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No puede haber mejor pago para un periodista que el gusto de saber que se hace justicia a una persona en determinado problema porque muchas veces los que se creen poderosos desde las instituciones de gobierno se burlan de quienes no tienen cómo defenderse ante sus atrocidades.
Pero desafortunadamente también existen quienes utilizan el periodismo como un escudo contra sus bribonadas y poco les importa denigrar a una profesión tan noble y de alto interés ciudadano.
Se sabe que durante los últimos años personas corruptas ven en el periodismo una vía para presionar a las autoridades para que no les apliquen la ley cuando han cometido delitos de diversa índole y quieren protegerse a toda costa de ir a prisión.
Y ahora que solamente se necesita un teléfono para transmitir lo que le venga en gana a cualquiera, muchos se han colgado el título de periodistas sin ver que solamente denigran un oficio y sus verdaderos profesionales.
Está por ejemplo el caso de un ex funcionario público municipal cuya conducta es tal que está envuelto en al menos tres litigios, de los cuales se espera que en las próximas semanas se emitan resoluciones para vincularlo a proceso y obtenga al menos prisión preventiva.
Aunado a los desfalcos que se le imputan como administrador de la Central de Autobuses de Ciudad Obregón, que nunca han sido aclarados debidamente, están en marcha otros juicios que harían a Omar Serna Córdova tocar el suelo de alguna cárcel, a pesar de que presume de tener muchas influencias en el ámbito político estatal.
Pero ahora el señor se ha metido a “periodista” y ya están al aire diversos programas en los que, con toda seguridad, atacará a sus detractores con toda la fuerza que sus ansias de venganza le darán, pues se siente intocable a pesar de la cauda que arrastra y no le gusta ser criticado de ninguna manera.
De hecho, cuando fue funcionario público y comenzó a ser criticado por sus excesos en el uso de los recursos públicos, acudió a diversos representantes de los medios de comunicación para lavar su imagen en base a los recursos económicos que su puesto le permitía.
Ya desde el ámbito privado, mantiene esos enlaces y ha creado una empresa de comunicación cuyo único objetivo es protegerse cuando la tormenta de sus juicios penales arrecie, independientemente de los personajes del pasado panista a los que se pretende “amarrar” en los negocios.
Ojo, pues, periodistas de a deveras, con esos lobos con piel de oveja que vienen a degradar una imagen de la profesión sin ver que tienen una enorme cola que pisarle. Y a las pruebas me remito.