Cultura en Cajeme
Jesús Carvajal Moncada
(Promotor cultural)
La película El Infierno, fue estrenada en el año 2010, poco antes de la celebración por el bicentenario del inicio de la guerra de Independencia y en el marco de la que ha sido conocida como "la guerra de las drogas", por iniciativa del entonces presidente Felipe Calderón.
La obra fue dirigida por Luis Estrada y protagonizada por Damián Alcázar (Benjamín García "El Benny"), Joaquín Cosío (El Cochiloco), Elizabeth Cervantes (Guadalupe Solís) y Ernesto Gómez Cruz (Don José Reyes).
La historia gira en torno al regreso del "Benny" de los Estados Unidos, deportado después de 20 años de permanecer en aquel país en busca de un mayor nivel económico. No obstante, desde su regreso se encuentra con un panorama adverso, cuando es asaltado en el autobús camino a su lugar de origen en alguna parte del sur de México.
Ya en su pueblo es testigo de la pobreza, la delincuencia y la violencia que son parte cotidiana del entorno. Al poco tiempo se entera directamente por su antiguo amigo "El Cochiloco", que éste es parte de un grupo del crimen organizado, como el jefe de los pistoleros.
Aunque en un principio se niega a unirse al "Cochiloco#, el desolador panorama económico lo lleva a aceptar finalmente la oferta de su amigo y se convierte en un tipo capaz de matar decididamente a sus enemigos para contar con recursos económicos, tanto para él, como para ayudar a sus familiares.
Antes de salir hacia la Unión Americana, se observa al "Benny" despidiéndose de su madre y su hermano. A su regreso, ambos han fallecido, y lo que entra en juego como una parte central de la trama es el misterio que rodea al fallecimiento de su hermano, que "Benny" logrará resolver finalmente, así como el hecho de que llega a tomar el lugar su familiar desparecido ante su viuda y su sobrino.
El resto es una serie lineal de acontecimientos: carencias económicas, desesperanza y desesperación, que desembocan en crimen, corrupción traiciones y revelaciones. La trama es fácilmente entendible, incluso es predecible, porque sabemos el destino irremediable del personaje principal, el resto es un espacio para la corrupción, las traiciones y los errores que se pagan con muertes terriblemente violentas.
La película de Estrada refleja una realidad plenamente comprensible hasta el momento, donde las condiciones de descomposición social son alimentadas por un bajo desarrollo de la población, en todos sentidos, no sólo económico, aunque se privilegie esta variable en esta historia, mientras quienes son encargados de combatir el crimen lo hacen sólo con una parte de éste, para obtener los mayores beneficios posibles.
En realidad, El Infierno no es una obra compleja, buscó denunciar y criticar una realidad, llamar la atención, con un cierto morbo que mantienen en muchas ocasiones estas películas para atraer más taquilla e incluso, llevarse algunos premios.
El trabajo de Estrada obtuvo logros como estos, y a 10 años de su estreno, como lo comentaba recientemente Joaquín Cosío, las situaciones observadas en la cinta todavía se presentan en el país, al menos una gran parte de ellas.
Por ello, si se observa de nuevo se reconocerán problemáticas actuales, pero una década después se hace evidente que requerimos de explicaciones más complejas para éstas y de soluciones por supuesto, de mayor profundidad.