Navojoa: Pago de agua
El programa “Al mil por el Oriente” está enfocado para que los usuarios morosos del servicio de agua dejen de serlo en la medida de lo posible...
En muchos lugares la omisión ciudadana con respecto al pago del agua es o suele ser nota común, por lo que el monto global de la deuda respectiva termina por alcanzar montos considerables. Sin embargo, en Navojoa parecería que las cosas al respecto han alcanzado un registro tan insólito como alarmante. Prueba de ello es que los usuarios del servicio a que se alude tienen un adeudo por 600 millones de pesos, más o menos.
La anterior es una especie de cartera vencida verdaderamente increíble. Cabría preguntar si existe alguna posibilidad de que llegue a solventarse el día de mañana. Quizá las apuestas al respecto estarían en contra llegado el caso. He aquí, entonces, un menudo problema para la salud financiera del Organismo Operador Municipal de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Navojoa.
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Sin embargo, ha de reconocerse que hechos como el descrito no son enteramente nuevos. Lo que ocurre simple o dramáticamente es que, como en el caso que nos ocupa, la situación ha venido tornándose cada vez más grave con el paso de los años. La verdad es que no ha existido fuerza oficial capaz de poner orden en las cuentas del agua navojoense.
El asunto no es fácil de abordar con la crudeza que tendría que asumirse por parte de las autoridades y de este modo poner orden en el cobro por el servicio del agua. Ciertamente no se percibe muy factible la posibilidad de normalizar el adeudo que se comenta en función del estratosférico monto que hace notar, lo que no ha impedido que en el Oomapasn hayan ideado un mecanismo de cobro que por lo menos permitiría una cierta recuperación económica.
La idea es que los usuarios morosos del servicio de agua dejen de serlo en la medida de lo posible a través de lo que se ha denominado Programa “Al mil por el Oriente”, enfocado a la población de este sector de la ciudad. La idea es que cada adeudo particular quede saldado con mil pesos. El plan está dirigido a 12 mil usuarios urbanos y 11 mil rurales. La idea es que 23 mil familias del oriente citadino pongan orden en su cuenta de agua. Los datos fueron proporcionados por Artidoro Lagarda Yescas, director del organismo operador de agua navojoense.
Sin duda, es importante que se activen planes y programas para, en la medida de lo posible, reducir el elevado pasivo que tiene la prestación del llamado vital líquido en la Perla del Mayo. Queda en evidencia que el paso del tiempo, en lugar de facilitar la situación financiera que conlleva este servicio, ha complicado su presente y su futuro con una tremenda deuda cuyo costo se antojaría irreal o desproporcionado en condiciones normales.
Pero los temas del agua normalmente suelen ser complicados y hasta conflictivos. En Álamos, por ejemplo, hay una comprensible inquietud ciudadana por los problemas del líquido que ya está surtiendo el Acueducto Macoyahui-Álamos. La pregunta (muy seria, por lo demás) que se está formulando la población es si tal agua puede o no utilizarse para consumo humano. La paradoja es que la obra respectiva se hizo precisamente para beneficiar a la ciudadanía.
Al parecer, empero, el agua del acueducto está presentando tres características a cual más de infame: turbia, sucia y apestosa. No en balde, entonces, en la colonial población ha cundido públicamente la presunción de que el agua del acueducto “sirve nada más para los sanitarios y las plantas, y que ni siquiera sirve para lavar”. Consideraciones como las anteriores fueron expresadas por José Manuel Escobedo Prieto, un reconocido líder social invariablemente preocupado por estar al lado de las mejores causas de la ciudadanía alamense.
Por lo demás, es obvio que no deberá pasar mucho tiempo para que las autoridades pongan las cosas en claro sin asomo de dudas. El mismo organismo operador de agua existente en Álamos debe tener personal calificado para dictaminar las características del agua que está suministrando el acueducto para el consumo humano. Esta debe ser vista como una exigencia que tendría que ser atendida con la mayor rapidez posible.
Así ocurrirá seguramente. No puede ser otra la actitud oficial. El acueducto representa una de las obras públicas más significativas que se haya asumido para beneficio de los habitantes de Álamos. No debe ser propio, entonces, que cuando ni siquiera se ha procedido a su formal inauguración, surjan sospechas o evidencias sobre la calidad del agua que surte o surtirá a una comunidad que, como la de Álamos, la necesita con urgente y vital apremio. Convendrá no perder de vista estas premisas.
armentabalderramagerardo@gmail.com