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Las Plumas

Nacer y morir

A fin de hacer más especial la Navidad a sus nietos y sobrinos, recuerdo cuando mi mamá se llegó a disfrazar de Santa Claus

Jesús Huerta Suárez

Es curioso que, en la Navidad, que significa nacimiento, sea la fecha en que más recordamos a nuestros seres queridos que ya han partido. Es en la Nochebuena y la Navidad en que platicamos de ellos, sobre todo cuando son nuestros padres o hermanos, pues con ellos es con quienes más compartimos esas fechas tan especiales…yo recuerdo cuando mi mamá con tal de hacer un poco más especial la Navidad a sus nietos, mis sobrinos, a falta de mi papá o de quién lo hiciera, se llegó a disfrazar de Santa Claus. Se desaparecía un rato diciendo que iría a misa, se disfrazaba, y llegaba por la puerta principal cargada de regalos para ellos. Esto después de arreglar la casa, preparar la cena para todos, organizar el brindis y repartir sonrisas. Ahí estaba ella siempre dispuesta a poner todo de su parte por llevar alegría a los demás. Pero ya se ha ido y ahora sólo nos queda en la memoria.

Recuerdo también a mi papá cortando de tajo una de las piernas del pavo que tanto disfrutaba mientras escuchábamos algo de su jazz clásico. Ya después mis hermanos crecieron y se adueñaron del tocadiscos y ponían la música de su gusto, pero siempre algo agradable para mis oídos. Ahora él tampoco está con nosotros pues se ha ido.

Recuerdo las fiestas de Navidad o de Año Nuevo con mis abuelos y tíos. Todo era guateque y, ya, a las 12 de la noche tiros al aire, lo que me asustaba mucho. Cosa que hasta la fecha sigue asustándome o disgustándome. Pero no lo olvido. Mi abuela era un cúmulo de cariño y atenciones en dos piernas. Mi abuelo era bacanora, cigarros y risotadas. Ellos también ya partieron.

Luego, recuerdo esos años de niño en mi primer barrio en que salía las noches de la víspera de la Navidad a mirar al cielo para ver en dónde venía Santa Claus. Y ahí me quedaba hasta que lo veía con todo y su trineo dando vueltas arriba de mi casa esperando que nos fuéramos a dormir. Ahora casi todos los señores del barrio han muerto y los niños ya pintamos canas. Mis hermanos, todos viven, lo mismo que sus hijos y nietos, pero dividen su tiempo para estar en varios lugares a la vez y convivir con sus respectivas familias.

Es curioso, pero en la Navidad, el nacimiento de Jesús, siempre vienen a nuestra memoria los que han partido, y estos dos últimos años es cuando más han fallecido por muchas razones; hijos, padres, hermanos, amigos, tíos, abuelos. Así es esto; no hay vida sin muerte, pero ahora es momento de enfocarnos en que estamos con los nuestros o con nuestra soledad, y que se vale sonreír. ¡Feliz Navidad!

Jesushuerta3000@hotmail.com