Mujeres desprotegidas
Está tan gastado el discurso oficial que hay una abuela que no acaba de comprender cómo es que el Policía que mandó a matar a su hija
Y pues don Miguel Valdez y Marcos Duarte acudieron este lunes a la audiencia mediante la cual se determinó que los agentes del Ministerio Público, Carlos Andrés y Roberto, deben disculparse con ellos porque los incomunicaron durante un buen rato, al seguir la consigna de alguien que los quería ver en la cárcel.
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Y para el Instituto Cajemense de la Mujer, la calma llegó al grado de que este lunes 13, sus puertas se cerraron.
Los discursos, las palabras bonitas de que la prioridad son las mujeres, quedaron atrás.
Para atender a las mujeres víctimas de la violencia, ni siquiera una guardia en el Instituto, cuyo personal estaba todo, todo, sin excepción, en capacitación.
Por lo menos hubieran contratado un anuncio en el sentido de que este lunes se prohibía golpear o dañar a las mujeres porque quienes son la primera instancia de atención a las víctimas de violencia intrafamiliar, estarían “muy ocupadas” en un curso.
Si ya de por sí después de las 3 de la tarde, sábados o domingos, no hay quien atienda, es increíble que aún en las horas hábiles se tomen el tiempo para adiestrarse, que no es malo sino todo lo contrario, pero bien pudieron dejar a parte del personal para atender las emergencias, que las hubo.
Está tan gastado el discurso oficial sobre la atención a las mujeres que, por ejemplo, hay una abuela que no acaba de comprender cómo es que el Policía que mandó a matar a su hija (de la señora) y tiene ya sentencia de 16 años de prisión, aún conserve la patria potestad sobre sus hijos y a ella no le permitan ver a sus nietos.
Son situaciones de sentido común, por supuesto, pero que tal vez por influencias del agente policiaco, que al mismo tiempo de ser servidor público servía como guardia de una familia de mucho dinero, la justicia se haga solamente hacia un lado y no es el mejor, según siente esa abuela que no solamente perdió a su hija sino a sus nietos.
Y uno ve con cierto escepticismo la actitud de las autoridades que en vez de estar al pendiente de su personal, si brinda un buen servicio o no, se desgasta queriendo encontrar a las muchachas que quebraron los vidrios del edificio municipal.
Pues con razón lo hicieron si en su momento no fueron atendidas en sus reclamos y fueron almacenando ese rencor que se tradujo en pintas y cristales en el suelo.
Y luego, con gritos en el cielo, la sociedad entera las condena. La paja en el ojo ajeno, pues.
DISCULPAS
Y pues don Miguel Valdez y Marcos Duarte acudieron este lunes a la audiencia mediante la cual se determinó que los agentes del Ministerio Público, Carlos Andrés y Roberto, deben disculparse con ellos porque los incomunicaron durante un buen rato, al seguir la consigna de alguien que los quería ver en la cárcel.
De esa reunión se concluyó que los funcionarios deben presentar la disculpa de manera adecuada y en consecuencia habrá de surgir de ahí el nombre del entonces funcionario municipal de Cajeme que los emboletó en una acusación falsa, prefabricada, y sobre el cual aún no hay una manera para que pague por sus indebidas formas de actuar.
Claro, hay vías para hacerlo pagar el daño moral que infringió a sus “acusados”, por lo que este tema que se arrastra desde la administración municipal pasada todavía tiene mucho qué dar, a pesar de que desde la Secretaría de Economía estatal se le quiere ayudar a que salga impune.
Pues ya veremos porque esta telenovela aún tiene muchos capítulos y los mejores son los que vienen pues ya se acercan los tiempos electorales y quienes quieran quemarse con temas que ni les van no les vienen, en el pecado llevarán la penitencia.
Así de sencillo.
Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com