Motociclistas de nuevo
En Huatabampo se ha generado un incremento en la incidencia de percances viales con participación de motociclistas, automovilistas y peatones
En la vida cotidiana parecería que existen rutinas que nunca cambian por más palabras o esfuerzos que se apliquen para evitarlas en bien del interés público. Podría elaborarse una relación más o menos llamativa al respecto. Pero en principio bastaría con traer a mención el afán oficial para evitar en ambientes urbanos los accidentes generados por el uso de motocicletas.
El problema ha sido y sigue siendo serio. En Navojoa, por ejemplo, cada cierto tiempo este asunto sale a relucir. Aunque, lo que sea de cada quien, cabría reconocer que de alguna manera los percances urbanos con cargo a quienes tripulan esas unidades motoras, han disminuido sensiblemente. La apreciación podría estar equivocada, pero por lo menos tiene de su lado la creencia más o menos fundada de que los hechos al respecto no integran hoy una estadística perturbadora social o públicamente.
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Al parecer, sin embargo, no es así en Huatabampo, donde se ha generado un incremento en la incidencia de percances viales con participación de motociclistas. Tan es así que alumnos del Centro de Estudios Universitarios del Nuevo Occidente (Ceuno), asumieron llevar a cabo una meritoria tarea de interés y beneficio público. Para ello se apersonaron en un céntrico cruce de calles citadinas con el fin de repartir volantes con destinatarios bien definidos: motociclistas, automovilistas y peatones.
Es obvio que en los volantes que repartieron se consignan las diversas formas o medidas de salir al paso de accidentes viales. Debe resultar preciso señalar que medidas de este tenor nunca van a estar de más, sino al contrario. Lo recomendable ha de ser estimularlas con la mayor constancia posible para evitar hechos lamentables. Los percances viales con cargo a motociclistas terminaron por multiplicarse en ciudades del sur con una frecuencia que conviene no olvidar.
De aquí la utilidad de actividades informativas o de prevención como la que se llevó a cabo en Huatabampo. Los motociclistas urbanos siguen teniendo una gran presencia diaria en poblaciones sureñas. Pero el problema no es ni lo será esa evidencia. No puede ignorarse que los conflictos o percances en esta materia a menudo tienen que ver con el modo de conducir las motocicletas, sin reparar en que se trata de auténticas unidades vehiculares, con todo lo que entraña esta definición. Razón de más por lo que deben ser conducidas con una deseable moderación.
Por otro lado, y abordando el renglón rigurosamente político, vale señalar que un partido como el PRI ya está prácticamente en el mecanismo de elección de su dirigencia nacional para el periodo 2024-2028. Hasta el lunes se tenía el registro de dos planillas: la que encabezan Alejandro Moreno y Carolina Viggiano y la propia de Lorena Piñón Rivera y Cuauhtémoc Betanzos. Todo lo anterior se dice o se escribe muy fácil. Queda en claro que Moreno Cárdenas no está jugando y que aspira a tomar posesión absoluta de un partido como el PRI en la circunstancia más difícil y adversa que haya enfrentado este partido a lo largo de su historia.
Con lo anterior, lo que se quiere decir es que, sin duda, como todas las evidencias lo ponen de manifiesto, el PRI necesita en esta coyuntura una especie de sacudida telúrica que lo deje más o menos en condiciones de volver a ser un contendiente político susceptible de ser tomado en cuenta. La pregunta es si la eventual relección de Moreno Cárdenas en el mando servirá a ese propósito. Tal cuestionamiento a que se alude no es ni será de ninguna manera ocioso.
También habría que preguntarse con todo el respeto del mundo quién es, políticamente hablando, por supuesto, Lorena Piñón Rivera. En principio, hay que decir que se trata de una diputada federal. Pero más allá de este dato (que no es menor o irrelevante) no se conocen suficientemente otros más. Quizá sea mejor así. Antaño los políticos solían ser muy pomposos al enumerar o presentar sus de suyo largas biografías oficiales.
El caso es que la diputada Piñón Rivera dijo en su registro como aspirante al mando tricolor nacional que en el PRI “no hay espacio para vacas sagradas o iluminados”. Dijo también que no existe “el traje de terciopelo para nuestros cuadros distinguidos”. Dejó en claro que el priismo de infantería no se raja”. Por su lado, y también al registrarse como postulante al mando tricolor. Moreno Cárdenas habló de impulsar “la reforma más profunda de su partido”. No sólo eso. También dijo: “Queremos un PRI con la capacidad de cambiar y reinventarse, por lo que tenemos que cambiar para volver a ser alternativa política”.
Muy bien. Pero esto parece lo mismo de siempre. Palabras y más palabras bonitas y muy sentidas. Alguien diría que en la política el mejor lenguaje es o tiene que ser el de los hechos, especialmente cuando hay de por medio una crisis de alcances que no es posible ignorar nada más porque sí. En efecto…
armentabalderramagerardo@gmail.com