Misas para que llueva
Productores agrícolas sureños se aprestan a solicitar la ayuda divina para pedir a través de misas y oración un año con abundantes lluvias...
Ciertamente, nunca debe ser recomendable quitar el dedo del renglón cuando haya de por medio un propósito que valga la pena. El consejo podría antojarse elemental y de hecho tal es su trazo. Pero no por eso se valdría ignorarlo a la hora de que acompañe un propósito de grandes alcances sociales y productivos que es preciso saludar frontalmente.
Así hay que entender el ánimo de productores agrícolas sureños (pertenecientes al Distrito de Riego del Río Mayo) que una vez más se aprestan a solicitar la ayuda divina para pedir a través de misas y oración un año con abundantes lluvias. En esta ocasión, a diferencia de años anteriores, se ha planteado realizar cuatro misas con los fines descritos.
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La primera se llevará a cabo este viernes 14 de junio en la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima de Bacobampo. La misa será oficiada por el presbítero Ramón Rodríguez Carbajal. Las siguientes homilías serán llevadas a cabo en julio, agosto y septiembre. Se efectuarán en Huatabampo, Etchojoa y Navojoa. Como queda de manifiesto, se trata de todo un programa debida y formalmente organizado, habida cuenta de la seriedad de las circunstancias ambientales o climatológicas que indujeron a realizarlo.
A nadie se le escapa la singularidad reseca que presenta en la región del Mayo una ambientación general como la de hoy. Hay un calor extremo que, inusitadamente como pocas otras veces ya deja sentirse regionalmente. No se tiene un asomo confiable de lluvias, por lo menos hasta ahora (aunque hay pronósticos entre alegres y más o menos serios), que faculta para albergar temores de que la tarea agrícola sufra esta vez quebrantos productivos indeseables, con perjuicios generales para el sur de la entidad.
Por eso la no necesariamente insólita actitud de los productores agrícolas sureños para solicitar un auxilio superior y emocionante para que el milagro de la lluvia o el agua de los cielos se haga realidad en esta coyuntura. Y de este modo las presas regionales dispongan de suficientes caudales para asegurar el próximo ciclo agrícola.
En el habla común existe una expresión llamativa que llama poderosamente la atención por lo que siempre ha significado. Es la siguiente: la fe obra milagros. Y debe ser cierto por todos los casos en que se ha demostrado que efectivamente así es. Entonces, con fe y oración es posible de suyo enfrentar adversidades de muy diverso talante. Las misas de los agricultores en favor del agua veraniega son una prueba al respecto.
Y en el municipio de Benito Juárez, los usuarios, hablando de temas como el propio del agua en su vertiente del consumo humano, le deben la friolera de más 50 millones de pesos al organismo operador respectivo. Este pasivo ha venido creciendo increíble y velozmente al paso de los meses recientes.
A fines del año pasado, por ejemplo, la deuda de que se habla ascendía a “sólo” o “únicamente” 48 millones de pesos. Hoy hace notar la no menos impresionante cantidad citada en los renglones inmediatamente anteriores. ¿Qué está pasando al respecto en un lugar como Benito Juárez? La pregunta no es de ninguna manera ociosa.
En principio habría que reconocer que allí hay una tremenda paradoja o anomalía social. Y es que, por lo visto, en Benito Juárez sucede que “los que tienen dinero” son los que precisamente no pagan el agua. En cambio, sí la cubren quienes son de escasos recursos económicos. ¿Cómo calificar o juzgar la primera de estas actitudes? Sin duda sobrarían adjetivos calificativos para hacerlo, pero sucede que todos tendrían una sonoridad verbal altisonante o callejera, por lo que debe ser mejor dejar las cosas así.
Ramón Armenta Félix, director del organismo operador del agua en Benito Juárez, dijo que es lamentable que sólo el 20% de los ciudadanos esté pagando puntualmente el servicio, mientras que el 80% por restante no lo haga. Ya quedó claro a qué sector social pertenecen los morosos de esta insólita trama que no es posible adivinar hasta dónde podría llegar con el tremendo adeudo que le caracteriza.
Sin embargo, quizá podría reconocerse que la famosa cultura de pago del agua es realmente un problema mucho más extendido de lo que a menudo se piensa. En Benito Juárez, como quedó dicho, la deuda con respecto al agua se explica por sí sola: 50 millones de pesos. Por supuesto que esta es una impresionante cantidad de dinero.
¿Podrá ser cobrable alguna vez? Quizá ni en sueños. Pero es preciso que medie una solución que impida que la cuenta siga creciendo hasta más allá de la respectiva capacidad de asombro que se quiera invocar. Es obvio que se trata de un problema serio. Aunque decirlo es fácil. Lo complicado será encontrarle solución hoy o el día de mañana. Tal es la cuestión…
armeamagerardo@gmail.com