Este día don Óscar Lugo nos regala una de sus inspiraciones, que viene como anillo al dedo a propósito del nuevo récord de muertes mensuales durante julio y el sangriento inicio de agosto.
Si con críticas y "periodicazos", como se dice popularmente, las autoridades no se han atrevido a ponerle punto final a la violencia, a ver si con poesía se inspiran y pueden dar con quienes están ocasionando todos estos problemas.
Leamos:
Cajeme huele a sangre
Huele a pólvora
Huele a corrupción
Huele a incapacidad
Huele a inseguridad.
Huele a miedo
Huele a muerte
Cajeme huele a pobreza política
Huele a ignorancia.
Me dueles Cajeme
Herido por las balas
Muertos vivos
Muertos de miedo
Cajeme es un panteón...
Cajeme es un pueblo fantasma por las noches
Y las autoridades tan tranquilas
Llenas de incapacidades...
Y se creen los salvadores
Salen solo para la fotografía
Mientras se matan unos con otros
A sangre fría...
Me dueles Cajeme
Tan inseguro de noche y de día.
Los versos del oriundo de San Ignacio Río Muerto pero con hondas raíces en Cajeme, son las palabras que día a día quisiera decir la mayoría de los ciudadanos, pero lo ven como un simple predicar en el desierto porque por más que los encargados de la seguridad dicen que ahora sí van a echar a andar nuevas estrategias y usarán las artes de inteligencia para combatir a los malos, todo sigue como en un principio.
La mayoría de ellos ya se va y no pudo hacer algo bueno para acabar con la inseguridad. Los que vienen, apenas van a comenzar a aprender y esto se convertirá en cuento de nunca acabar.
Y mientras tanto, los violentos hacen de estas tierras su hogar, poquito a poco.
Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx