He estado reflexionando sobre las posibles razones por las que nos va cómo nos va, y creo que todo es el resultado de que este es un país habitado por masoquistas. Eso debe ser: somos masoquistas. Nos causa placer lo desagradable o doloroso. Nos gusta. Disfrutamos de tener motivos para quejarnos; preferimos tener razones para lamentarnos que logros para sentirnos felices y contentos. Así crecimos y así aprendimos. Somos expertos en dramatizarnos, en hacernos las víctimas. Hasta hacemos los gestos y las voces necesarias para tratar de causar lástima y se compadezcan de nosotros. Nos gusta tiramos al suelo esperando que alguien nos levante. Somos así en todas las facetas y etapas de nuestra vida. Tenemos casi toda la vida de malos gobiernos, la educación, la salud y la seguridad son un desastre, nuestras ciudades un caos. Hay basura por doquier y destruimos cualquier cosa que pretenda embellecer el entorno. Nos gusta vivir en el desorden; preferimos lo malo ante lo bueno, tan es así que la radio y la televisión mexicana por lo general solo comparten contenidos que en lugar de ayudarte a crecer te hacen involucionar intelectualmente. Nos cuesta trabajo mostrar nuestra educación, si es que la tenemos. Premiamos los malos ejemplos y nos burlamos de la honorabilidad. Nos gusta siempre estar quejándonos de todo y no hacemos nada para que las cosas mejoren, pues ya no podríamos seguir quejándonos. Elegimos a nuestros gobernantes siempre por medio del voto de castigo a los anteriores. No le apostamos a la capacidad y y el talento. Nos gana una cara bonita o quien nos dé regalos, porque nos sentimos feos y pobres. Votamos por ellos sin importar cómo nos vaya como país, total ya hasta gozamos que nos vaya mal; disfrutamos de las calles hechas pedazos, de las paredes rayadas, de infringir la ley porque nos gusta estar mal y lo disfrutamos, y nos duele cuando a otros les va bien.
Somos masoquistas. Nos gusta la mala vida. Nos gusta siempre culpar a los demás de nuestros errores para poder seguir cometiéndolos y seguir sintiéndonos mal y para seguir viendo la bancarrota a nuestro alrededor. Nos gusta saber que las penas con pan son buenas para seguir comiendo hasta reventar. Nos gusta estar enfermos para que nos consientan. Nunca hay sueldo que nos alcance y mucho menos que nos permita ahorrar porque nos gusta gastar y despilfarrar lo que ganamos para seguir sintiéndonos lástima por ser pobres. Nos gusta más la fiesta que ciencia; más el alcohol que ejercitarnos; con el alcohol y la fiesta nos olvidamos de todo lo malo que nos pasa y volvemos a tomar para que lo malo nos siga pasando. Andamos por las calles sin respetar nada, pues el coraje que todo nos produce es nuestro guía; no importa quién se nos atraviese, nos vale porque siempre estamos insatisfechos porque así podemos seguir haciendo lo que queramos.
Somos masoquistas y trataremos de que nuestros hijos también lo sean... ¿Qué le vamos a hacer?
Jesushuerta3000@hotmail.com