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Las Plumas

Mano alzada, nueva forma para elegir dentro de los usos y costumbres…

Los Yaquis en el Desierto de Sonora


Quizás por lo complejo que ha sido en el pasado para elegir a los regidores étnicos, más en las comunidades donde existen más de un pueblo, como es el caso de Guaymas, Navojoa, Etchojoa y Huatabampo, entre otros, y donde los pueblos yoremes tengan dualidades, la elección de regidor étnico en muchos de los casos no se eligen en los recintos tradicionales como lo dispone la ley electoral, que cita que la forma de elegir tenga que ser mediante los usos y costumbres, es decir llevar a cabo los procedimientos tradicionales para elegir a sus representantes.

En ese sentido el Instituto Estatal Electoral solo emite un documento en el que solicita a los Pueblos y Comunidades Indígenas elegir a su representante a través de sus formas originarias, los usos y costumbres, estas formas no han sido usadas para elegir un regidor, pues es un cargo yori; desde hace unos años el IEE para destrabar controversias, donde existen dos o más candidatos, promovió fuera de la ley electoral procesos de elección que se usan para los yoris, caso particular con los Seris, donde pusieron casillas para que votaran los hermanos indígenas, así también promovió la mano alzada en Cócorit, Loma de Guamúchil, dos mecanismos fuera de los usos y costumbres y dos mecanismos que impulso el IEE, atentando contra los derechos postulados en la Constitución, su intervencionismo más allá de ser promovente, se ha visto como juez y parte en los procesos autóctonos de los pueblos y comunidades indígenas. En algunos casos, las controversias tuvieron que ir a los tribunales electorales para definir a los regidores étnicos y tomando en cuenta instituciones de Gobierno que tengan que ver con los pueblos y comunidades indígenas como Cedis, INPI, INAH y otros, por lo que han beneficiado a aquellos candidatos que son aliados de los gobiernos yoris o grupos de poder en turno.

Hemos estado señalando que el Congreso del Estado debe hacer un esfuerzo y ponerse las pilas para diseñar un mecanismo para elegir a los representantes de los indígenas para los municipios, tomar en consideración las acciones adelantadas que ha estado practicando, poner casillas o la mano alzada; aunque cada uno de estos mecanismos están fuera de los usos y costumbres, pero los pueblos indígenas últimamente se han sometido a ellas.

La mano alzada se origina de una asamblea en los recintos tradicionales al haber más de un yoreme como candidato, los presentes alzan la mano en señal de apoyo a X candidato, situación rara entre los yoremes, pues no es una práctica tradicional como el aplaudir en alabo a alguien. Lo que corresponde es que todos estén de acuerdo para apoyar a un candidato, es por eso los consensos internos, la política de hermandad y colectivismo que se ha practicado por cientos de años.

La mano alzada contraria a la urna, no se abre a todo el pueblo, pues la convocatoria no es destinada a aquellos con los que no simpatizan los gobernantes yoremes en turno, por lo que es un grupo reducido es quien elige al regidor étnico, un porcentaje muy bajo entre el 5 y 10 por ciento, por lo que la legitimidad de toda la tropa queda acéfala.

Hay que estar atentos a estos procesos de elección de regidores étnicos, pues en algunos casos, ni se hacen las asambleas comunitarias, mucho menos manos alzadas, los eligen a la usanza de viejo sistema.