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Las Plumas

Los despreciables


Despreciables les digo a todos esos que textean manejando, a miles de intrépidos motociclistas que allanan las calles y a los que les vale usar el cubrebocas como lo sugieren las autoridades sanitarias y el sentido comón. Despreciables, sí, porque desprecian el valor de su vida y con mayor razón la vida e integridad de los demás. No les importa en absoluto o es posible que ni siquiera se den cuenta de lo indebido de sus acciones que atentan contra el bienestar de los demás

Despreciables les digo a todos esos que textean manejando, a miles de intrépidos motociclistas que allanan las calles y a los que les vale usar el cubrebocas como lo sugieren las autoridades sanitarias y el sentido comón. Despreciables, sí, porque desprecian el valor de su vida y con mayor razón la vida e integridad de los demás. No les importa en absoluto o es posible que ni siquiera se den cuenta de lo indebido de sus acciones que atentan contra el bienestar de los demás

Te invito a que te pongas un rato en la banqueta de cualquier calle y verás cada vez a más personas de todas las edades texteando y manejando, como si no supieran que tan solo bastan dos segundos, -ídos segundos! De distracción para provocar un accidente.

Me ha tocado ver a personas que incluso van manejando y -ítomando fotografías al helado que llevan en la mano! Doóas, dones, jóvenes, adolescentes, ricos, pobres, cada vez son más los que lo hacen y sin pudor alguno. Esto se ha convertido en una falta de responsabilidad tan comón y corriente que las autoridades deberían avocarse seriamente a promover la cultura de la responsabilidad vial por todos los medios y a aplicar fuertes multas a quienes cometan este tipo de infracciones.

Y luego, todos esos conductores en sus "£mortalikas", que no respetan ni la más mínima regla de tránsito y andan por doquier como almas que lleva el diablo, más grotesco aun cuando sus motos hacen un ruido infernal (que en un par de aóos los dejará sordos). Para ellos la vida no vale nada, o al menos eso parece.

También, están todos esos seres despreciables que no creen en el coronavirus, o ya les dio, o no les importa contagiarse y contagiar a sus seres queridos y andan por aquí y por allá esparciendo el virus y por lo visto quizá solo la muerte los pueda detener.

Hablo de desprecio por la vida de estas personas, pero es muy posible que en su ingenuidad infantil no lleguen a darse cuenta de las consecuencias que pueden tener sus malos actos. Espero que les llegue antes la razón a que tengan que provocar o sufrir un accidente para darse cuenta que con los autos, las motos y la salud no se juega.

Jesushuerta3000@hotmail.com