La venganza y la tragedia, 7 de septiembre de 2025

"el triunfo no fue del hombre, sino del mito"

La venganza y la tragedia, 7 de septiembre de 2025

"Yo soy su venganza", expresó repetidamente durante su campaña el candidato Donald Trump. Sus amenazas no fueron discretas: apuntó contra inmigrantes, la prensa, oponentes, "enemigos internos" y adversarios políticos, tanto demócratas como republicanos. El New York Times documentó que fue la primera vez que un candidato propuso abiertamente el uso del Ejército contra ciudadanos que disintieran. Ya en la Casa Blanca, la venganza sigue siendo el epicentro de su discurso. Quienes apostamos por la institucionalidad sobre la hiperpolarización, nos equivocamos. Ganó el discurso beligerante y la trivialidad.

Aunque la economía fue un factor crucial en la elección, el triunfo de Trump se forjó en una coalición multifacética. La contienda se volvió un referéndum cultural, infectado por la desinformación y el desdén por las instituciones. La supuesta "defensa" de los valores tradicionales, como la familia y la religión, chocó con su propio historial moral, una paradoja ignorada por sus devotos.  Los sectores más desfavorecidos, en trágica disonancia, votaron por un magnate insensible que prometía "defenderlos", a pesar de su cuestionable trayectoria. La tragedia fue que muchos votaron en contra de sus propios intereses.

Ya desde 1922, en su libro Public Opinion, el comentarista político Walter Lippmann advertía que el público en general está mal informado y es fácilmente manipulado por la propaganda. Argumentó que los ciudadanos a menudo forman opiniones basadas en estereotipos y emociones en lugar de hechos y lógica, lo que puede llevarles a tomar decisiones que van en contra de su mejor interés. Un siglo después, el historiador Yuval N. Harari señala que el diluvio informativo dificulta cada vez más el acceso a la verdad.

Las pandemias históricas han desencadenado inflación. La Peste Negra (siglo XIV) y la Gripe Española (1918) son ejemplos de cómo la disminución de la fuerza laboral, la escasez y el gasto público aumentaron los precios.  De manera similar, la inflación global post-COVID-19 provocó estragos en la economía familiar y, como era de esperarse, tuvo consecuencias electorales en diversos países. Según el Wall Street Journal, en 2024, la inflación interanual en EE.UU. estaba ya bajo control (2.4%), pero su efecto acumulado se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para el voto de protesta.

Este hartazgo capitalizó el discurso de un candidato convicto de graves delitos y mitómano consumado, que prometió bajar los precios y acabar con la guerra en Ucrania y las atrocidades en Gaza en su primer día de Gobierno. A pesar de heredar una economía con la menor tasa de desempleo en medio siglo, las ganancias corporativas más altas de la historia, y la mejor economía entre las naciones desarrolladas (Wall Street Journal), el triunfo no fue del hombre, sino del mito. El tsunami desinformativo y la guerra cultural también ayudaron al personaje de ficción a imponerse sobre su versión de carne y hueso.

Trump no prometió conciliación, sino la retribución. Con su guerra arancelaria y despidos gubernamentales masivos, su venganza se ha extendido incluso a quienes lo eligieron. El hombre que se erigió como adalid de la "superioridad moral" tiene un historial de fraudes, desde la "Universidad" Trump hasta falsificaciones corporativas y fiscales. El New York Times ha documentado acusaciones de conducta sexual inapropiada de más de 20 mujeres, desde tocamientos indeseados hasta agresión sexual. Esto se suma a su amistad con el convicto abusador sexual de menores Jeffrey Epstein, quien declaró que el presidente fue su "mejor amigo durante 15 años". La vieja imagen de "líder del mundo libre" se ha convertido en una incongruencia repugnante.

Resulta asombroso que muchos buenos cristianos hayan caído en su engaño. El estafador megalómano que vende Biblias autografiadas, como si esa acción legitimara más su contenido, repite contundente: "Yo soy su venganza". Y, mientras ataca a sus "enemigos", sus creyentes aplauden las deportaciones sin juicio, los despidos injustificados y la cancelación de programas humanitarios. Olvidan aquel pasaje bíblico: "Mía es la venganza, yo daré lo que se merece, dice el Señor" (Romanos 12:19).

La tragedia de la venganza ha sido explorada en la literatura por siglos. En su novela "Moby Dick", Herman Melville nos alerta sobre los peligros de la venganza y la obsesión. Es la historia del Capitán Ahab, quien se obsesiona con la venganza contra la poderosa ballena blanca que le arrancó la pierna, pero su obsesión lo lleva a la destrucción, tanto a él como a su tripulación. El Capitán Trump ya naufragó una vez; queda por verse si, en este segundo capítulo, descubre la sentencia budista de que la venganza es como beber veneno y esperar que otra persona muera.

El Dr. Castro fue consejero externo para el Gobierno Mexicano y presidente de la comisión de asuntos fronterizos del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME). Ha sido catedrático, decano y vicerrector para desarrollo internacional en Pima College de Tucson, Arizona.

rikkcs@gmail.com