La realidad del petróleo

Moisés Gómez Reyna
(Economista)
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Fue así como la mezcla mexicana de petróleo se situó en su peor nivel de la historia con un precio de -2.37 dólares por barril.
Vale la pena señalar que el costo de producción en México ronda los 14 dólares por barril, por lo que ese día Pemex perdió alrededor de 16.37 dólares por cada barril que “comercializó”.
La razón es clara: La economía mundial está tan deprimida por las medidas para evitar la propagación del coronavirus, al grado que la demanda de crudo es muy inferior a la oferta y literalmente los tanques de almacenamiento de las empresas petroleras están a tope. No hay espacio para almacenar más petróleo.
Es cierto que esta situación de petroprecios negativos o mínimos no durará por siempre y en algún momento deberá terminar cuando la economía comience a recuperarse.
No obstante, no son pocos los expertos que advierten que difícilmente el crudo podría volver a superar los 50 ó 60 dólares por barril en el futuro. Ello se debe a que este hidrocarburo pierde peso como fuente de energía.
De acuerdo con las firmas consultoras BP Statistical y Enerdata, en 1971 el 46% del consumo energético mundial se concentraba en el petróleo, mientras que actualmente se ubica sólo en 32%.
En contraste, las energías renovables no participaban en el consumo energético mundial en 1971, pero en 2011 abarcaban un 2% y hoy en día representan ya un 10% del total.
A este ritmo, entre 2030 y 2035 las energías renovables y el petróleo podrían estar a la par en el consumo total de energía.
En el caso específico de la producción de energía eléctrica, en el mundo un 26% se genera a partir de energías renovables, pero en países como Nueva Zelanda su aportación es del 83% y en Noruega del 98%.
En nuestro país, sólo un 17% de la electricidad que se produce proviene de fuentes renovables (eólica y solar), por lo que estamos por debajo del promedio internacional. Las estadísticas y tendencias nos dicen lo siguiente:
- El petróleo continuará usándose de forma intensiva quizás por los próximos 20 ó 30 años, pero cada vez será menor su peso en el consumo energético mundial y eso sin duda afectará su precio en el mercado internacional.
- Las energías renovables crecen aceleradamente y continuarán desplazando a los combustibles fósiles, por su beneficio al medio ambiente y por la disminución que experimentan sus costos de producción.
Estas estadísticas y los precios negativos del crudo, son una clara llamada de atención para nuestro país: necesitamos entender y adaptarnos lo más pronto posible a esta realidad, con todo y que quizás en el mediano plazo el petróleo recuperará algo de su valor comercial.
El crudo difícilmente volverá a ser la palanca del desarrollo nacional, menos considerando las pérdidas históricas que registró Pemex en 2019 y que seguramente se ampliarán en 2020.
Es fundamental que el Gobierno federal continúe incentivando realización de proyectos de energías limpias con la participación de inversionistas privados.
En contraste, los recursos que hoy se invierten en Pemex para tratar de revivir al gigante paraestatal, bien podrían aprovecharse en proyectos para detonar la productividad, reforzar la seguridad pública o impulsar como nunca antes la ciencia y tecnología en nuestro país.
Apostar en estos rubros los escasos recursos públicos de que disponemos como país, generaría mucho más provecho y crecimiento económico a mediano y largo plazo, que continuar invirtiendo en combustibles fósiles cuyo uso intensivo va a la baja en el mundo.
Twitter: @GomezReyna