Informe de los 100 días
Claudia Sheinbaum Pardo
Un informe al pueblo. Así fue definida la exposición que Claudia Sheinbaum Pardo hizo el domingo anterior en el emblemático Zócalo de la Ciudad de México. Oficialmente esta comparecencia fue definida como el informe de los primeros 100 días de Gobierno de la presidenta de México. La concurrencia al evento resultó impresionante en extremo. Se estimó que por lo menos 350 mil personas marcaron presencia en el acto.
Una gran asistencia, sin duda. Debe reconocerse que se trató de un evento original en nuestras rutinas gubernamentales o políticas. Lo común es que se informe sobre ciclos de Gobierno anuales en ceremonias que son obligatorias por ley. Pero el evento del lunes tuvo la gran originalidad de que su protagonista decidió encabezarlo para dar cuenta de los 100 días que lleva en tránsito el Gobierno que encabeza.
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Debe reconocerse la originalidad de esta actitud. Es así porque permite de primera mano entrar en conocimiento del quehacer oficial cumplido en un tiempo perentorio. Casi tres meses siempre serán muy buenos para tomar nota de cómo va un quehacer gubernamental, sin demérito, claro, de lo que anualmente se deba informar. Fueron muchos los temas abordados por Sheinbaum Pardo el domingo anterior. Juzgue usted: migración, educación, seguridad, salud, programas sociales, sin soslayar la relación de México con Estados Unidos, en la inminencia de que Donald Trump asuma la presidencia del país vecino.
La presidenta de México hizo también un reconocimiento a las mujeres, en una actitud que debe ser saludada por lo que implica personal y políticamente en un país donde las actitudes machistas no han sido borradas del todo. Por otro lado, y en algo que seguramente sorprendió a observadores del quehacer político, Sheinbaum Pardo mencionó directamente al expresidente Andrés Manuel López Obrador. Lo hizo con una gran franqueza y aprecio, en tanto que evidentemente no tenía por qué ser de otra manera.
Sus palabras fueron así: "Porque los cimientos y la base las puso el mejor presidente, Andrés Manuel López Obrador, y a nosotros nos toca consolidar, sumar y avanzar con el segundo piso, con la raíz bien firme y el corazón por delante". Claridosas expresiones que deben ser reconocidas por la franqueza con que fueron dichas.
Un dato que llama la atención a lo largo de los primeros 100 días de Gobierno del que se habla, es el que tiene que ver con el hecho de que la presidenta Sheinbaum recorrió ya los 32 estados del país. Lo hizo para revisar con los gobernadores los proyectos que son más importantes para cada una de las entidades federativas. También puso de relieve, como era preciso que lo hiciera, la aprobación de 12 reformas constitucionales y 16 a leyes secundarias durante su Gobierno. Ponderó igualmente los avances en los programas sociales, enfatizando la pensión del Bienestar para Mujeres de 63 a 64 años.
En otra parte de su exposición, la Presidenta de México fue contundente al postular propósitos suyos de política y gobierno con las palabras siguientes: "Que se oiga bien lejos y fuerte: no vamos a regresar al modelo neoliberal. No vamos a regresar al régimen de corrupción y privilegios. No dejaremos que regrese la decadencia del pasado". Como queda en claro, definiciones de este tenor se explican por sí solas. Dejan en claro un quiebre o una ruptura total con el ayer. O, repitamos, con "la decadencia del pasado". He aquí una contundente definición que lo dice todo por sí sola.
Sheinbaum Pardo habló también de lo que denominó Plan México, al que definió como una política integral de desarrollo económico. Dijo que se trata de una visión de largo plazo para sustituir importaciones, generar cadenas productivas, pero sobre todo para seguir promoviendo el empleo bien remunerado y el bienestar de las y los mexicanos.
No eludió, como era propio que no lo hiciera, el futuro de la relación con Estados Unidos y el venidero gobierno de Donald Trump. Definió que el trato será con coordinación, pero sin subordinación. Una relación buena y de respeto, en la que prevalecerá el diálogo. Después marcó una gran definición: "Servir al pueblo y a la patria es el mayor privilegio que pueda haber". Y definió: "Tengan la certeza que estoy dedicada en cuerpo y alma al bien de nuestro pueblo y de nuestra nación".
En esta tesitura, cabe dar por cierto, entonces, que hay un reconocimiento ciudadano para la tarea presidencial que se viene ejerciendo en una coyuntura como la actual. Debe ser propio que se mantenga esta forma de comunicación ideada por la presidenta Sheinbaum Pardo. Todo lo que sea con ese propósito debe ser reconocido y estimulado.
armentabalderramagerardo@gmail.com