Las Plumas

Indolente

Quisiera que no me importara todo el daño que le estamos haciendo a la patria; quisiera no sentir nada al ver cómo...

Indolente

Por nuestra ignorancia y avaricia de siempre, estamos devastando bosques, ríos y mares. Quisiera que me valiera escuchar tanta porquería en la radio y ver tanta decadencia en la televisión. Quisiera poder entender el por qué tantos hombres abandonan a sus hijos. Y saber por qué, quisiera, nos dejamos robar por miles de políticos corruptos que nosotros mismos pusimos en sus puestos. Desearía que los niños tuvieran más contacto con la naturaleza y que no se asustaran o despreciaran a un grillo o a un sapo, pero sobre todo, que aprendieran a amar y respetar a la tierra. Ambiciono que a los mexicanos les gustara leer y aplicar lo aprendido. Quisiera que no me doliera ver que hasta las placas de los monumentos se roban para seguir tomando, fumando o para comprarse unas botas de piel de avestruz y no porque tengan hambre.

También quisiera que me valiera ver que no tenemos una identidad propia cuando tenemos en la patria el ejemplo de los mayas y aztecas, y de muchas otras etnias que son admiradas por la gente de otros países. Quisiera que no me causara malestar que los puestos en el servicio público en México fueran ocupados por tantos incapaces. Quisiera dejar de sentirme incomodo con tanta basura en las calles. Desearía no sufrir por tu despecho. Quisiera que no fuera un martirio batallar cada fin de mes para pagar los adeudos. Quisiera que el alcohol dejara de ser un calvario para las mayorías. Quisiera no sentir coraje por ser de los pocos que pago impuestos. Quisiera que la debilidad dejara de ser un suplicio. Quisiera que no fuera una tortura la falta de respeto y que la impartición de la justicia no fuera un desconsuelo. Quisiera que el placer no me causara angustias. Igual, sería un gusto ya no oírte llorar tus penas y cuando dices que estás aburrido. Quisiera poder gozar el no hacer nada. Quisiera que nos diéramos la mano sin esperar nada a cambio. Quisiera ser como ellos que no les preocupa robarle a los pobres. Me gustaría ser ateo y no temerle al diablo. Quisiera poder ignorar tus reclamos. Quisiera no temer a la vejez; y son tantas las cosas que quisiera ignorar o pasar por alto, pero no puedo, porque no soy el indolente que quisiera.

“Nadie nos prometió un jardín de rosas, se trata del peligro de estar vivos”: Fito Páez

Jesushuerta3000@hotmail.com

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