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Las Plumas

Huelga de Hambre en Plantel

Técnica No. 67 de Navojoa

Huelga de Hambre en Plantel

Una huelga de hambre –iniciada el martes- tenía lugar todavía hasta ayer en una escuela de Navojoa. Se trata de la Secundaria Técnica No. 67. Carlos Morales es el maestro que tomó la drástica decisión en pro de encabezar un ayuno total, al mismo tiempo que   resolvió encadenarse a la entrada del plantel.

Asumió protagonizar una y otra medidas para respaldar su exigencia de que renuncie o destituyan a la subdirectora de la escuela, Estefanía Santoyo Castellón, quien, por su parte, reveló que ella es la sexta docente que buscan destituir en la Secundaria Técnica No.67 navojoense. Se pensaría que allí, dicho sea de paso, no tienen más que hacer que exigir la renuncia de docentes.

El maestro Barreras Morales dijo en el comienzo de todo que desde hace más de dos años se iniciaron los problemas en el plantel escolar donde labora. Señaló que ello empezó a ocurrir tras el arribo de la subdirectora Santoyo Castellón. Indicó que en esta problemática se han visto afectados tanto docentes como padres de familia y alumnos.

Precisó que se han hecho llamados a las autoridades educativas para que tengan mediación “en el caos que se ha originado”. Sin embargo, en lugar de intervenir, dijo, han propiciado que los problemas crezcan. En otras palabras, planteó, han dejado rezagado al plantel.

Pintado así el asunto, se pensaría que las cosas en la Técnica No. 67 de Navojoa están que arden. Si a este esquema se suman el encadenamiento y la huelga de hambre del maestro Barreras Morales, entonces se robustecería la indeseable evidencia de que allí, por desgracia, se está llegando demasiado lejos en un conflicto que la superioridad escolar (si es que existe) tendría que haber arbitrado desde hace tiempo.

Como quedó escrito renglones arriba, el maestro Barreras Morales habla de un “caos” en la escuela donde labora. Y aquí y más allá en la geografía, caos es un término de por sí muy serio, y más todavía cuando se aplica para describir la situación reinante en un centro educativo.

Sin embargo, la visión (o versión) de la subdirectora Santoyo Castellón es menos estruendosa. De esta forma, estableció que todo lo que ha ocurrido es una muestra clara de las irregularidades que existen en la escuela, donde, añadió, se le ha señalado con acusaciones que dañan su imagen, pero sin que tengan fundamento.

Contundente, definió: “La Delegación D-II-106 no somos sólo ese grupo de personas que por años han golpeado a la escuela y se han sumado algunas más”. También expresó: “Somos más los que queremos el buen funcionamiento de la institución”. Dijo que este es un problema añejo, porque, en su caso, “sería la sexta persona que quieren que salga”.

He aquí, argumentos, en pro y en contra de un mismo conflicto. Las autoridades educativas no han dicho una sola palabra al respecto, por lo menos hasta ayer. Tal parece ser una actitud institucional muy propia de esas autoridades. O sea, dejar que surjan los conflictos, que nunca parecen haber advertido en su génesis, y luego hacerse de la vista gorda (dicho sea amablemente) ante la evolución de los diferendos que arraigan en los planteles escolares de la entidad.

Una actitud como la descrita no es de ahora, para que más la verdad. Al contrario, bien podría reconocerse que se trata de un modo de ser institucional asumido tanto como filosofía y praxis, o algo más elegante como un “ahí se la echan”.

Prueba de lo anterior es que nadie ha buscado mediar oficialmente para resolver el conflicto existente en la Secundaria Técnica No. 67 de Navojoa. Y eso que siempre se dice oficialmente que la educación es la tarea más sentida de un gobierno. Sabe en qué distante galaxia ocurrirá así, porque en la nuestra las evidencias son en sentido contrario.

La verdad es que nunca ha sido posible entender por qué casi a menudo conflictos como el descrito se dejan correr libremente. Es notorio que las autoridades reservan su intervención casi para el final, cuando las cosas a menudo se han puesto más que agresivas entre las partes que nutren un conflicto escolar.

Una conducta oficial planteada y ejercida en estos términos siempre ha sido criticada. Pero de todas maneras sigue ejerciéndose como si nada. Y a esto pomposamente le llaman filosofía educativa. Qué cosas.

armentabalderramagerardo@gmail.com