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Las Plumas

Hechos, no discursos

Francisco Gonzalez Bolon

Si los gobernadores del noroeste de México se ponen la camiseta y dejan atrás las grillas estériles rumbo a la sucesión del 2024, de seguro podrán alcanzar las metas que ayer perfilaron no solamente para cada uno de sus estados sino para toda la región.

Reunidos en Hermosillo, los futuros mandatarios hablaron de trabajar en conjunto por la seguridad y la economía regional, que incluye una veta muy poderosa: el turismo.

Tan solo con reforzar las estrategias para que la violencia termine, estamos del otro lado. Ese es uno de los temas más sensibles para la población, pues un día sí y el otro también hay bajas entre los delincuentes, pero también en familias inocentes que ven irse de esta vida a un ser querido.

Sonora, Sinaloa, Baja California, Baja California Sur y Nayarit, los estados reunidos en Hermosillo, sufren de ese mal. Los poderosos grupos de la delincuencia organizada se han apoderado de comunidades enteras para disponer de vida y obra de quienes ahí habitan.

Y eso ya ha cansado a la población, que espera con singular optimismo que quienes van a tomar las riendas de las nuevas administraciones, en realidad puedan reducir a su mínima expresión los cotidianos estruendos de las armas.

Por eso es importante lo que ayer dijeron: “Acordamos crear una agencia de inteligencia estratégica regional que nos sumen esfuerzos y potencien sus capacidades, crear una agencia de inteligencia financiera regional, de tal manera que las investigaciones no sean sobre organizaciones criminales, sino que podamos hacer una investigación regional.

“Blindar también nuestras fronteras territoriales para evitar el conflicto en las disputas territoriales de las organizaciones criminales locales”.

Al lado de Alfonso Durazo Montaño, gobernador electo de Sonora, los ídem de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero; de Baja California, María del Pilar Ávila Olmeda; de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y de Baja California Sur, Víctor Castro Cosío, acordaron estrategias conjuntas para mejorar las condiciones de una región que tiene un potencial enorme, pero ha perdido algunos puntos por diferencias de criterio, principalmente entre los políticos.

Con el Golfo de California y el Océano Pacífico en sus litorales, esta zona es, ya, un poderoso emporio: pesca, agricultura, silvicultura, minería, ganadería, acuacultura, turismo, entre muchas otras actividades, le dan un respaldo sustancial a sus economías, pero lastimosamente la riqueza no se ha creado ni repartido con equidad.

Cada estado tiene sus ventajas y desventajas, pero todo es cuestión de altura de miras, de acciones gubernamentales producto de mentes de estadistas para llevar al noroeste mexicano por mejores perspectivas que traigan no solamente la paz sino empleos y bienestar para miles de familias.

Los números fríos colocan a cada entidad de esta zona en su justa dimensión en cuanto al crecimiento de su Producto Interno Bruto, la generación de trabajo y el desarrollo de niveles de prosperidad para sus habitantes, pero eso no debe ser suficiente para que los grupos económicos poderosos se alíen con las nuevas autoridades y produzcan solamente beneficios para unos cuantos.

Ya es tiempo de que la población disfrute la riqueza de sus lugares de origen. Por muchos años, unos cuantos se han apoderado de las riquezas y la gran mayoría solamente las ha visto pasar a su lado sin detenerse.

Por ello, ojalá que el discurso de ayer de los gobernadores electos no quede solamente en palabras. Hoy más que nunca se necesitan hechos.

Comentarios: franciscogonzalez.bolon@gmail.com