Las Plumas

Fin de año y saldo blanco. Marco festivo sin agobio

La bonita tradición anual de fin de año se ha cumplido una vez más, como siempre en un marco saludablemente festivo y provisto de un gran ánimo

Fin de año y saldo blanco. Marco festivo sin agobio

No siempre es común que los festejos o celebraciones de fin de año terminen en un lugar determinado, bajo un contexto singularizado, que en lo general se conoce como saldo blanco. Estas son palabras mayores en extremo benéficas y hasta risueñas para todo conglomerado social. El único problema al respecto es que a veces se complica alcanzar tan benéfico resultado tras eventos de una gran densidad humana, como son los de Navidad y Año Nuevo.

En Navojoa, por fortuna, los hechos en el sentido a que se alude resultaron un tanto ejemplares. El reporte oficial sobre los últimos días decembrinos fue suscrito al tenor del siempre deseable saldo blanco. De ese modo, quedó en claro que no se registraron accidentes fatales que enlutan y quiebran toda perspectiva que sea posible concebir. En el ámbito de la Perla del Mayo, sólo se produjeron incendios menores, los que, para variar, tuvieron como causa el uso de la pirotecnia.

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Aun así, debe reiterarse que esos incendios, por fortuna sin mayor cuantía, se produjeron en ámbitos de vegetación y depósitos de basura. En buena hora, entonces, las cosas en este sentido fueron de esa manera, lo que significa que, en ningún momento, se produjeron peligros mayores que considerar para la población. La nota periodística alusiva fue muy clara al señalar que se trató de seis pequeños incidentes, los que fueron sofocados por la Corporación de Bomberos local.

Cabe señalar que un incendio fue de carácter forestal, otro sucedió en la maleza y los cuatro restantes ocurrieron en depósitos de basura. En esta ocasión por lo visto nadie resultó lesionado por el uso de la pirotecnia, lo cual debe ser propio realzar. También cabe mencionar que se produjeron dos volcaduras de automóviles sin evidencias personales que lamentar. Un esquema festivo por el arribo de Año Nuevo como el observado en Navojoa, se presentó igualmente en el resto de los municipios del sur de la entidad, en los que tampoco, en muy buena hora, hubo nada que lamentar. Así que, como dice, la canción, hasta el año que viene, sin olvidar que primero habrá que enfrentar los rigores propios de este 2025 que, como si nada, ya está en pleno curso.

La bonita tradición anual de fin de año se ha cumplido una vez más, como siempre en un marco saludablemente festivo y provisto de un gran ánimo personal y colectivo. Las que recién acaban de transcurrir, son fechas que por igual conciernen a todos en cuanto a la necesidad de brindarles la atención que merecen por el significado general que entrañan. Otra cosa es que los primeros días de enero reclamen de nuevo poco a poco la necesidad de volver a las rutinas propias y colectivas. Pero obviamente sin olvidar la significativa dimensión decembrina, con todo su esplendor y significados emotivos.

No puede negarse que la rutina existencial propia de cada quien, es igualmente un ejercicio trascendente que merece cumplirse a plenitud cotidiana, lejos del agobio o el desaliento. Principios tan elementales como estos que se describen, son o han de ser de un gran valor al poner nuevamente en marcha otro ejercicio de vida anual, como es el que comienza en días como los de hoy.

Pronto, en la inmediatez de los días que aguardan en el nuevo calendario, se retornará a la agitación cotidiana de siempre con la reapertura de la agenda de un país que, como el nuestro, está o debe estar a la búsqueda de soluciones para los problemas de su transitar cotidiano. El año anterior ya forma parte de la historia. Y, aunque sin desdeñar su registro histórico, el que ha tomado curso hoy es el que importa ahora.

Como en el ámbito personal, un país también tiene ciclos existenciales. El de hoy ya está en pleno curso en lo que será un largo recorrido existencial. Un tiempo en cuyo desahogo cabe esperar lo mejor y más positivo para un país como el nuestro. La apertura de un Año Nuevo faculta para el registro de consideraciones como las anteriores, las que nunca estarán de más, sino al contrario. En una inmediata brevedad, el naciente año tomará la forma que le aguarda como parte de un ambiente nacional que, como el nuestro, le está saludando con optimismo y confianza.

No puede ser otra la actitud personal y colectiva que deba salir a relucir. Casi ya se da por cierto que, por razones de vecindad geográfica con Estados Unidos, las cosas con ese país y su nuevo gobierno podrían resultar un tanto difíciles para el nuestro. Todo cabe dentro de lo posible. Falta poquísimo tiempo para salir de dudas.

armentabalderramagerardo@gmail.com