Las Plumas

Es "Persona del año"; Trump recibe distinción

Es probable que Time haya exagerado los motivos que consideró para reconocer a Trump en la forma que lo hizo

Es "Persona del año"; Trump recibe distinción

Donald Trump es "la Persona del Año". ¿Dónde y por qué?, se valdría preguntar rápidamente. ¿Increíble? Pues sí. Pero la distinción se la otorgaron en Estados Unidos. El reconocimiento fue promovido y entregado por la revista Time, una publicación con bien ganada fama profesional en el país vecino. No se olvide que el destinatario agraciado con el honor que se comenta es el presidente electo estadounidense.

Un personaje, sin duda. Aunque hay de personajes a personajes, dicho sea, igualmente sin duda. Y todavía más: es la segunda ocasión que Trump recibe de Time la distinción que se comenta. La primera vez fue en 2016 y hoy, por lo visto, con la mano en la cintura replica tan señalado honor. Es probable que Time haya exagerado los motivos que consideró para reconocer a Trump en la forma que lo hizo.

Noticia Relacionada

He aquí algunas de sus consideraciones: "Por liderar un regreso de proporciones históricas, impulsar un realineamiento político único en una generación, remodelar la presidencia estadounidense y alterar el papel de Estados Unidos en el mundo..." Sin embargo, parecería que fue al revés: Trump no quiso tanto remodelar la presidencia del país vecino, sino que buscó prácticamente liquidarla con la negativa a reconocer su derrota electoral y azuzar una revuelta entre sus partidarios, en hechos históricamente muy conocidos al final de su mandato hace cuatro años.

La desmemoria puede ser una actitud peligrosa en términos políticos. Trump no puede haber cambiado tanto casi de cuatro años a la fecha. La prueba es el comportamiento que ha venido mostrando antes y después de que ganó las elecciones para un segundo periodo en la Casa Blanca. Su primera presidencia fue caótica y escandalosa. No nada más porque sí perdió entonces la reelección. Trump debe seguir siendo el mismo que fue acusado de provocar el terrible ataque al Capitolio de Estados Unidos en enero de 2021. En cualquiera otra parte esa acción habría sido identificada como un intento golpista a cargo de civiles.

Pero los tiempos traen tiempos en todas partes. Y hoy falta casi nada para que Trump asuma de nuevo la presidencia de Estados Unidos y se reinstale en la Casa Blanca. En países como México y Canadá existe una comprensible inquietud por la forma en que podría iniciar su mandato. Es decir, con la puesta en práctica de una serie de medidas que tendrían que ver con el pago de aranceles por exportaciones al país vecino, en lo que es una historia muy conocida por la opinión pública, además de otras disposiciones para enfrentar la migración ilegal hacia su país.

                Sin embargo, realmente es el modo en que este personaje dice las cosas lo que ha terminado por hacer ver a sus interlocutores (por lo menos en México) que la mejor réplica que se podría utilizar es aquella que dice que, con la vara que midas, serás medido. En su ingenuidad, el primer ministro canadiense Justin Trudeau pensó que Trump era su amigo, pero no esperó mucho para convencerse de lo contrario cuando lo calificó como gobernador estadounidense de Canadá, dando por hecha, en broma ofensiva, la anexión de este país al suyo propio como un estado más.

                Puede asumirse que entre toda clase de interlocutores las bromas pueden ser de muy diversa coloración o tono. Pero es evidente que en el ejemplo personal que se comenta, Trump se pasa de la raya. El suyo es un modo de ser un tanto chocante. Pero que se lo perdonan porque se trata de quien se trata. Él supone que puede hacer y deshacer a su antojo en perjuicio de un país, sin fijarse en la ofensa que propina o el daño que causa.

                Por ejemplo, en sus referencias a México no sale de ciertos y cuales temas, los que repite una y otra vez. Es cierto, los problemas a que alude son reales, pero no es preciso que todo el santo día se pase repitiendo las medidas de fuerza que aplicará para resolverlos mágicamente, como si fuera su responsabilidad hacerlo. En este sentido le mandó ya un nuevo y directo mensaje a nuestro país con la designación del que será el nuevo embajador de Estados Unidos.

                Se trata de un militar de profesión (exboina verde) y largamente vinculado a la Agencia Central de Inteligencia. En otras palabras, el embajador norteamericano en nuestro país será un exagente de la CIA. No es creíble que el país vecino no tenga en el último despacho del Departamento de Estado un modesto diplomático de carrera para enviarlo a México como embajador. Pero lo que se comenta fue adrede...