buscar noticiasbuscar noticias
Las Plumas

Entre baches y balazos

Cajeme y su cabecera municipal están por los suelos en cuanto a corrupción y violencia, sumado a las condiciones de las calles

Jesús Huerta Suárez

Ahora sí que Ciudad Obregón y Cajeme están en la lona. Estamos noqueados por la corrupción y la violencia. Estamos con los ánimos por los suelos, mientras que la sangre no cesa de correr por sus maltrechas calles y sus sucios callejones. Ríos de sangre que van bañando todo a su alrededor de miedo, dolor y coraje. Somos nota a nivel nacional e internacional, sí, pero nota roja; y, lo peor, es que al presidente de la República, al municipal y al gobernador prefieren seguir con su estrategia de “abrazos no balazos”, misma que no sólo no ha funcionado, sino que ha provocado que la violencia aumente y el crimen organizado sigue tan campante por todos los rincones del Estado y de la nación. En realidad creo que no saben cómo detenerlo y no les ha quedado más que apechugar y a nosotros rezar porque no nos toquen los ching...

¿Acaso algún grupo delictivo tendrá que tomar la plaza para que se calme la violencia como en otras ciudades? ¿Por qué tiene que ser aquí en donde pasa todo esto? ¿Tan grande es el mercado? ¿Qué no estamos bien tronados como para que se pelee el negocio? No sé.

Lo que sí no se puede negar es que al menos esta vez, tras el sangriento fin de semana en Cajeme, la titular de la Secretaría de Seguridad Pública, María Dolores del Río, emitió unas palabras de aliento para este noble pueblo que ya no siente lo duro sino lo tupido, y no como los que se acaban de ir que ni para eso sirvieron.

¿Y las calles? ¡Peor que nunca! Aquí es donde se pudiera decir que el alcalde que viene entrando a cubrir el puesto que otro de los suyos ocupara, se sacó la rifa del tigre: nuestra ciudad anda por la calle de la amargura; peor que nunca. Con las peores calles que hemos tenido y la más cruda violencia que hemos sufrido. Eso sin contar que el Oomapasc está en la ruina.

En cuanto a las calles, creo que todo es resultado de dos cosas: la corrupción e ineficiencia, porque corrupción siempre ha habido, pero, al menos, las calles antes duraban más. Ahora, hasta las de concreto hidráulico se les revientan, y es que, supongo, los contratistas siempre son los amigotes del presidente en turno, y, si a esto le sumas la incapacidad de la Secretaría de Desarrollo Urbano, la Contraloría,el cuerpo de regidores que no hacen lo suyo, y de la sociedad para escoger a los mejores gobernantes y exigirles, pues ahí están los resultados.

¿Qué podemos hacer? ¿Tú qué dices? ¿Qué propones? Porque esto ya es insoportable.