Las Plumas

Elefante blanco playero

Las instalaciones del Parque Acuático de Santa Bárbara están prácticamente en el abandono, deteriorándose cada vez más, como tenía que ocurrir...

Elefante blanco playero

Por lo visto debe ser más fácil detectar un elefante blanco en algún punto citadino o playero que en la selva africana más abierta o intrincada. Prueba de ello es que en Huatabampito existe uno. Resulta claro que no tiene facha de paquidermo. Pero sí de obra abandonada en forma irresponsable. Con estas líneas se alude al llamado Parque Acuático de Santa Bárbara.

En realidad, se trata (o se trató en su momento) de una obra llamativa e interesante que por decir lo menos está en el más completo olvido o abandono desde hace cinco años. El problema es que su costo económico (o inversión) no fue menor. Al contrario, en su hechura se aplicaron más de 36 millones de pesos. ¿Tirados por la borda, como suele decirse?

Todo permite suponer que así fue. ¿Qué razones o motivos debieron generarse para que las cosas respectivas terminaran de esa manera? ¿Se fincaron responsabilidades? ¿O sea lo que sea que haya pasado en ese lugar para cerrarlo fue una especie de fatalidad del ingrato o traicionero destino? Esto último resultaría factible si estuviéramos hablando de una telenovela o de un drama teatral. Pero evidentemente no se trata de eso. Se alude a una realidad concreta que sigue siéndolo en su abandono o soledad.

Por lo visto existe una posibilidad de que el Parque Acuático de Santa Bárbara pueda ser rehabilitado por medio de la Secretaría de Turismo. El problema es que las obras respectivas costarían entre 5 y 6 millones de pesos. Así lo dijo el alcalde de Huatabampo, Jesús Flores Mendoza. El Ayuntamiento local no puede aplicar una inversión con ese monto. Por eso se piensa que el Gobierno del Estado bien podría encargarse de la situación. Pero por lo visto no hay planes concretos para que así ocurra. ¿Ni los habrá? De hecho, no sabe nada al respecto desde hace tiempo.

Mientras tanto, las instalaciones del Parque Acuático de Santa Bárbara (o lo que queda de ellas) están prácticamente en el abandono, deteriorándose cada vez más, como tenía que ocurrir. Este complejo turístico sureño ha corrido con mala suerte, por decirlo de esta forma. No fue posible que su rehabilitación formara parte de los trabajos para construir el malecón de Huatabampito.

 Pronto se vio que el rumor en ese sentido no tenía razón de ser. Sin embargo, no es un rumor que el Parque Acuático de Santa Bárbara está a la espera de una rehabilitación estructural que lo ponga en funcionamiento. Quizá no deba ser cosa del otro mundo emprender su compostura con trabajos que tendrían que ser serios y no tan irresponsables como los que permitieron que cayera en el abandono y asumiera la triste condición de elefante blanco con orilla de playa en su inmediación. Qué cosas.

No es por nada, pero a veces parecería que estamos en tiempos de oscuridad prehistórica. Ni más ni menos. Empero, la presunción respectiva es totalmente en sentido contrario. Desde siempre, lo que en un país como el nuestro no está arreglado (en el renglón que sea), debe estar a punto de que así ocurra. Por lo menos es lo que se dice.

En ocasiones, empero, la realidad termina por imponer sus reconocidos fueros imbatibles. Y es entonces cuando asoman la tragedia o la desgracia. Piénsese, por ejemplo, en la demanda o exigencia de que se coloquen señalamientos de “topes” en la carretera federal a la altura de Estación Don. Este es un lugar ubicado al sur de Navojoa, prácticamente a un lado de la también llamada carretera Internacional.

En esa simple descripción radica todo el problema o toda la desgracia que resulte posible invocar. En su objetividad, los hechos que se quiere relatar son dramáticos. Allí, hace no mucho tiempo (cuatro meses a lo sumo) se produjo un “camionazo” por la carencia de topes de señalamiento. No es el único accidente que pueda documentarse.

El caso es que Caminos y Puentes Federales (¿se acuerda usted del peaje carretero en la Cuatro Carriles?) no ha atendido ni siquiera por aproximación la exigencia de colocar los avisos necesarios a la altura de Estación Don. El “camionazo” a que se alude ocurrió hace cuatro meses. También desde entonces han sucedido otros accidentes.

Los pobladores de aquella latitud sureña están inquietos. “Los riesgos de que ocurra una gran tragedia están latentes”. Así resumió la situación Mayra Nájera Cruz, delegada en Estación Don. El mismo temor existe en Estación Luis, Francisco Sarabia y otros poblados, según quedó claro. Y todo por falta de señales que alerten en la carretera federal. Increíble pero cierto. ¿Qué estarán esperando las autoridades respectivas para hacer lo que es su obligación? He aquí una clásica pregunta sin respuesta.    

armentabalderramagerardo@gmail.com