Elecciones en el Sur
la participación electoral sigue dándose a notar…aunque no precisamente por sus cuantiosos volúmenes numéricos...
En efecto, todavía no ha de resultar extemporáneo subrayar el particular clima de tranquilidad en el que se llevó a cabo el todavía muy comentado reciente proceso electoral en el sur de la entidad. Se tiene a la mano una prueba muy contundente de que, en efecto, las cosas al respecto fueron como se describen. Es decir, sin mayores problemas que documentar.
Debe reconocerse que, en muy buena hora, los hechos ocurrieron así. La mejor evidencia que demuestra lo anterior es que, por ejemplo, la Junta Ejecutiva del Distrito O7 del Instituto Nacional de Electores no recibió recursos de impugnación suscritos por los diversos partidos políticos en relación con la jornada comicial del 2 de junio anterior.
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Obviamente los plazos para formular esa clase de alegatos partidistas fenecieron ya desde hace buen rato. De esta manera, las elecciones en esta parte de la entidad se desarrollaron con orden y tranquilidad. Así lo puso de relieve Enrique Soriano Álvarez, vocal de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE. En el distrito electoral sureño se instalaron 488 casillas, es decir, todas las que se programaron para la jornada.
Como se sabe, el 07 Distrito Electoral comprende los municipios de Navojoa, Huatabampo, Etchojoa, Álamos, Benito Juárez, Rosario y Quiriego. Es un distrito grande territorialmente hablando, por lo que debe ser propio reiterar la buena nueva de que en que en su extenso ámbito no ocurrió ninguna clase de percance lamentable a lo largo de la pasada jornada electoral. Así debería suceder siempre en la generalidad de las zonas electorales del país. Pero esto debe ser mucho pedir.
En el ámbito general de Sonora, sin embargo, la participación electoral sigue dándose a notar…aunque no precisamente por sus cuantiosos volúmenes numéricos. Esta evidencia, en realidad, no representa ninguna novedad. Bien se sabe que no es la primera vez que sale a relucir el desgano de la ciudadanía de la entidad para acudir a las urnas en el tiempo singularizado para hacerlo.
¿Por qué ocurre esa actitud ciudadana en la entidad? No hay una respuesta más o menos aceptable o convincente que permita sumir los motivos del ausentismo electoral de los sonorenses. El desgano o desinterés ciudadano al respecto llama la atención evidentemente por lo que, en simpleza de términos, significa como actitud ciudadana en una entidad que fue un tanto de las primeras donde la oposición, hace ya tiempo, abrió camino electoral y político con el Partido Acción Nacional al frente.
Un dato como el anterior, en lugar de allanar el entendimiento sobre el asunto que se comenta, en realidad lo complica todavía más en el afán de interpretarlo. Al final, como siempre, los hechos son los hechos. Y éstos demuestran que Sonora no tiene una gran vocación comicial. Prueba de ello es que, como se sabe, sólo cinco de cada 10 sonorenses decidieron votar en la elección presidencial reciente. En suma: el interés general en el proceso de voto promedió 50% en rubros como la Presidencia de la República, senadurías y diputaciones federales. Tales son los datos que ilustran la situación que se comenta.
El problema es que por lo menos hasta ahora no existe algún antídoto, remedio o vacuna que sirva para que la ciudadanía quede a salvo del abstencionismo, lo que se antoja un tanto complicado. Aunque habría que preguntarse, desde un mirador simple o enteramente lógico, si los abstencionistas quieren dejar de serlo, si bien lo primero que seguramente convendría averiguar es por qué lo son.
Al final, el conflicto, asumiendo que lo sea real y frontalmente, sigue siéndolo. Es mucho lo que se ha dicho y buscado alrededor de las causas o motivaciones de una actitud como la abstencionista. Por supuesto que practicar o no esta conducta es una potestad ciudadana que no es fácil objetar de buenas a primeras.
La política en México y su vertiente electoral históricamente han dejado mucho que desear frente a la comprensión o actitud de sectores ciudadanos, lo que no es posible ignorar o reprobar nada más porque sí. Desde esa distancia podría venir o radicar la explicación que sirva para despejar el camino en un tema tan polémico como el que se comenta.
La verdad es que quizá tendría que resultar un ejercicio más o menos fácil poner en claro de buenas a primeras la razón o los motivos del abstencionismo. Pero es hora de que bien a bien todavía no se sabe en público con cabal exactitud por qué tal ejercicio sigue fresco y campante al paso de los años, con un marcado énfasis en la personal conducta de los jóvenes.
armentabalderramagerardo@gmail.com