El PRI en Congreso Local

Un partido como el PRI tendrá solamente dos diputados locales en el próximo Congreso sonorense

Por: Gerardo Armenta

¿Signo de los tiempos? Algo así. O como se quiera interpretar. Pero el hecho cierto es que un partido como el PRI tendrá solamente dos diputados locales en el próximo Congreso sonorense. Y su distinción es que serán de carácter plurinominal. Ni siquiera por aproximación el tricolor podrá tener allí un legislador de mayoría. Increíble pero cierto.

Tal fue una de las evidencias que arrojó el reciente proceso electoral. Una certeza ciertamente ingrata o decolorada para un partido como el PRI que durante una larga historia fue amo y señor de la legislatura sonorense. Hoy, como queda dicho, no alcanzó en ese ámbito ni siquiera un diputado local de mayoría. He aquí, entonces, un balance electoral increíble en tratándose del partido político más poderoso que alguna vez hay existido en un país como el nuestro.

Los sobrevivientes de la debacle electoral legislativa por la que está pasando el tricolor en la entidad, son Emeterio Ochoa Bazúa e Iris Fernanda Sánchez Chií. Él y ella acudirán al Congreso local como representantes plurinominales con la cachucha o la encomienda de las siglas priistas. En ese lugar su soledad política o partidista no resultará tan abrumadora como acaso pudo pensarse. Allí estarán en igualdad de circunstancias con el partido Movimiento Ciudadano, el cual, como el PRI, tendrá también dos diputaciones locales de carácter plurinominal, las que serán ocupadas por Jesús Manuel Scott Sánchez y Gabriela Danitza Bojórquez Félix.

Los gajes de la democracia y la política son como son, suelen decir los que saben de estos menesteres. Viene tal reiteración al observar como un partido de la talla política que llegó a ostentar el PRI, de pronto prácticamente lo pierde todo en materia electoral, un terreno en el que fue amo y señor indiscutible al paso de años y años. La paradoja de todo esto es que de pronto, en una legislatura como la de Sonora, tendrá sólo dos diputados locales y de carácter plurinominal, como ya se describió. Ésta no ha de ser del todo una modalidad desdeñable, aunque es claro que siempre importará más la definición electoral por mayoría por la obvia o simple contundente cantidad de votos que puede entrañar una elección en un momento determinado.            

De alguna manera, las cosas no están mejor en un partido como el PAN. Allí en el blanquiazul un sector de su militancia anda a la búsqueda de un relevo que supla a su dirigente nacional. Y la verdad es que no deberían batallar mucho para encontrar un sustituto para Marko Cortés, quien parecería que no las trae todas consigo tras las elecciones recientes. Por lo que ha trascendido, se acepta sin remilgos que en el ámbito panista existe hoy por hoy una división interna ciertamente no desdeñable por todo lo que deja traslucir.

Por eso, este fin se inició en el entramado panista un quehacer que en su enunciado lo dice todo: la reconstrucción y el cambio en la dirigencia nacional del PAN. En la base de todo, se habla de pésimos resultados en las elecciones del pasado 2 de junio. Por razones como las anteriores es que se ha puesto en la agenda panista la renuncia inmediata (no para el mes que entra) del dirigente Cortés. La moneda respectiva ha quedado en el aire.

La verdad es que no parece una mera ocurrencia, fruto de una "grilla" como hay tantas en los partidos políticos, la posibilidad de que el líder panista deje de serlo en la inmediatez de los días. Efectivamente, la eventualidad de que eso ocurra ha venido trascendiendo con la mayor tranquilidad que sea posible invocar. Pero hasta el momento no hay nada firme al respecto. Aunque el mismo Cortés habla ya del "deber cumplido".

Pero lo cierto es que también ya saltaron a la palestra por lo menos dos aspirantes a suceder al dirigente panista nacional. Incluso parecería que existe una directriz partidista superior para que se proceda a la renovación del mando nacional. La cuestión no se advierte muy complicada. El mismo Marko Cortés prácticamente ha reconocido el papel que tuvo en el fracaso electoral reciente del PAN. Con eso podría quedar dicho todo. Lo curioso es que, en la cultura política a la mexicana, los dirigentes partidistas que pierden elecciones fingen que no ha pasado nada y llaman a prepararse para los próximos comicios, cuando lo que procede es su fulminante renuncia. Pero en el PAN quizá podría ocurrir pronto un cambio de mando.                   

armentabalderramagerardo@gmail.com

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