Las Plumas

El mexicano enano

Cree que es explotado, pero no se atreve a emprender. Este personaje idolatra a los políticos, pero no sale a votar; no hace a los libros en su mundo

El mexicano enano

En memoria al escritor sonorense Óscar Monroy, me permito intitular esta columna como "El mexicano enano", y es que estamos empezado el 2025 y se supone que muchos nos planteamos algún propósito para el año Nuevo, y algunos de esos propósitos pueden ser convertirnos en mejores personas y ciudadanos, que vaya que el país los requiere... ¿no?

Y bien, el mexicano enano es ese que no respeta las leyes de tránsito; ese que no ve un río, un campo o una avenida de la ciudad, él ve un lugar para tirar basura. Su mente no le da para pensar que no se debe hacer por simples razones como salud, orden, respeto o estética.

El mexicano enano cree que su patrón lo explota, pero no se atreve a emprender un negocio por pequeño que éste sea. Este personaje tan común en México, es el que idolatra a los políticos, pero no sale a votar (a menos que le paguen); el mexicano enano no hace a los libros en su mundo y está siempre dispuesto a tranzar.

El mexicano enano vive inmerso en los chismes del barrio, la pantalla del teléfono o de la televisión. Le gusta el morbo y goza de todo lo que denigra la sexualidad o a las personas.

El mexicano enano no respeta la fila en el mercado, se lleva el centro de mesa en las fiestas, come, aunque no tenga hambre si la comida es gratis, se convierte en ave de rapiña cuando un camión se voltea en la carretera sin importarle siquiera el estado de salud del conductor. El mexicano enano vive resentido con la vida, cree que si alguien tiene más que él es porque se los robó. Él es capaz de matar por celos y de engañar porque cree que eso lo hace más "chingón".

El mexicano enano vive en la inmundicia y cree que este es el estado natural del hombre. Este personaje es el que destruye toda obra de gobierno y los camiones en el que se sube. Ser mexicano enano no es sinónimo de pobreza. Los hay ricos y pobres, y entre más rico más prepotente; no respeta las paradas de camiones, las franjas amarillas, los lugares para discapacitados, ni a las autoridades. El mexicano enano cree que los árboles que tiran hojas deben ser tumbados, maltrata a los animales y le gusta vivir endeudado. El mexicano enano cree que diosito le va a resolver sus problemas y le gusta beber y la fiesta en exceso, aunque su casa se esté cayendo a pedazos. Para el mexicano enano el sexo es su mayor distracción. Él detesta las obligaciones y no quiere aprender nada nuevo y, si llega a un puesto de gobierno por palancas, lo ve como su oportunidad de robar, mientras que el poder, por mínimo que sea, lo marea.

Al mexicano enano le gusta usar ropa de marca, y entre más grande la marca impresa en la ropa, más seguro se siente, aunque la ropa la deba. El mexicano enano no ahorra y si te distraes, te roba.

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