El agua
Historias del Mayo
Las poblaciones a lo largo de la historia se han desarrollado a la vera de afluentes de agua, líquido vital para nuestro desarrollo físico y económico. Nuestro cuerpo está compuesto en un 70% de agua y al día debemos consumir, al menos dos litros para mantener la salud y el metabolismo corporal. Si las condiciones ambientales son de temperaturas elevadas, el consumo debe ser incrementado para mantener el balance adecuado y las funciones óptimas de sistemas como el cardiovascular, neurológico, digestivo, respiratorio y renal.
En la Región del Mayo se han encontrado vestigios y evidencias de la presencia del ser humano que datan de tres mil años. Los petrograbados de Tehuelibampo, que fueron redescubiertos por el Prof. Lombardo Ríos en 1984, nos muestran el respeto y la admiración que tenían el grupo de pobladores llamados protomayos hacia el agua. Ahí podemos observar algunos dibujos alusivos a este líquido.
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La palabra “mayo” significa “la gente de la ribera” y, es importante destacar que, por algunos vestigios rupestres en esta zona que se denomina Aridoamérica, se ha identificado la existencia de la cultura llamada Huatabampo con una antigüedad que se sitúa al rededor del año 180 a.C.
Fue así como estos primeros pobladores se dedicaban a la pesca, la cacería y la recolección de frutos, posteriormente se fueron asentando y desarrollando técnicas de cultivo a lo largo de las márgenes del Río Mayo, estas fueron modificándose con las enseñanzas de los misioneros jesuitas que llegaron desde el siglo XVII y partieron en 1767, por decreto de expulsión firmado por el Rey de España.
Como escribió Ignacio Lagarda Lagarda en su Monografía La expulsión de los Misioneros Jesuitas: “…además de la religión, enseñaron a los indígenas el arte de la agricultura y trajeron de España nuevas variedades de cereales y frutas, implementos y técnicas de labranza. Por otra parte, surtían de productos alimenticios e industriales como ganado, granos y cebos para las velas, a las minas, presidios y pueblos habitados por los colonos españoles”.
Nuestro Municipio ha pasado por diversas etapas en cuanto al aporte de agua y la disponibilidad de este líquido, tanto para consumo humano, animal, agrícola y empresarial. Actualmente, hemos padecido una temporada de sequía, aunado a problemas de la red, producción de pozos, crecimiento poblacional y restricciones financieras que han provocado, al final de cuentas, deficiencias en la oferta de agua para el consumo humano.
El organismo operador municipal de agua potable, alcantarillado y saneamiento de Navojoa (Oomapasn) cuenta con personal altamente calificado, una base de trabajadores que son ejemplo de trabajo, eficiencia y disciplina en su labor diaria, sin embargo, requieren de insumos y maquinaria suficiente y apropiada para desempeñar sus actividades, como ellos saben hacerlo, de manera efectiva. Las cuadrillas de agua, cloración, cultura del agua, mantenimiento de pozos y otras, son una muestra de organización, disciplina y trabajo eficiente.
Navojoa, a través del organismo operador, maneja 25 pozos que abastecen a la ciudad, hay además varios pozos en algunas comunidades y algunos particulares. Uno de los requisitos para el consumo humano es la cloración que genera que se oxide el manganeso y se haga evidente, por lo que se ha enfrentado a esta problemática durante décadas nuestro Municipio.
¿Qué necesita nuestro Municipio para mejorar el abasto de agua a la población? Aunque el problema es generalizado, en la actualidad está más acentuado en el sector oriente, no podemos seguir limitando la cantidad que se les brinda, urgen medidas que resuelvan este problema histórico.
Si algún día la Presa “Adolfo Ruiz Cortines” conocida mejor como Mocúzari, contará con mayores aportes hídricos, quizá brinde margen para hacer convenios con el distrito de riego y establecer una planta tratadora y construir un acueducto para transportar el agua hasta la ciudad. Esto le permitiría despegar y lograr el ansiado sueño en el desarrollo económico que requerimos. Con esto se impactaría favorablemente en salud, educación y bienestar de las familias navojoenses.
Mientras eso sucede, hay dos líneas muy puntuales que se deben aplicar: la búsqueda de nuevos lugares para la perforación de pozos profundos, si es esto en propiedades particulares establecer concesiones por 99 años con visión de futuro y un enfoque social y humanitario. La otra es, un mejor orden administrativo en el organismo operador, mejorar la eficiencia administrativa, el cumplimiento de pago a los proveedores y la transparencia en el manejo de las finanzas. Ojalá esto sea una realidad muy pronto.