Las Plumas

Diputados Locales del Sur

El Congreso local de Sonora necesita ponerse a la altura de la responsabilidad que la ciudadanía espera con toda razón asuma en sus tareas...

Diputados Locales del Sur

La población del sur de la entidad tendrá tres representantes en el Congreso local. Se trata de Próspero Valenzuela Muñer, Jesús Tadeo Mendívil Valenzuela y Claudia Zulema Bours Corral. Serán de los distritos 19, 20 y 21, respectivamente. Por esta razón recibieron su pertinente constancia de mayoría y la declaración de validez de las elecciones recientes en las que participaron.

Como bien se sabe, Valenzuela Muñer, registró una votación histórica de 30 mil 485 sufragios. Sus contrincantes fueron de tomarse en cuenta: Guillermo Ruiz, Ana Luisa Valdez y Eduardo Gaxiola. Como igualmente se sabe, Valenzuela Muñer representará como diputado local por segunda ocasión al Distrito 19 que tiene su cabecera en Navojoa. “Todos somos pueblo y vamos juntos a construir el segundo piso de la Cuarta Transformación junto con Claudia Sheinbaum”, dijo.

Por su parte, Jesús Tadeo Mendívil Valenzuela acreditó su constancia de mayoría como diputado local con una votación a su favor de 24 mil 478 votos. En la ceremonia respectiva, efectuada en Etchojoa, señaló que el proyecto de nación crece con el contundente triunfo de Morena en las elecciones del 2 de junio. Por su lado, Claudia Zulema Bours Corral, que será diputada local por Huatabampo, resultó la aspirante más votada en la historia del Distrito 21 al obtener 37 mil 595 sufragios.

Así fueron los hechos en lo que concierne a quienes, como queda dicho, representarán al sur de la entidad en el Congreso local de Sonora. Bien deben saber lo que se espera de su trabajo. Tradicionalmente el quehacer cotidiano o habitual de los legisladores locales (de todos los rumbos de la entidad), no tiene históricamente un buen reconocimiento público.

 Ocurre de esta manera por la lejanía personal y política que tradicionalmente suelen evidenciar representantes populares de ese nivel con los sectores de población a los que deberían bien servir, porque precisamente fue en ese ámbito ciudadano donde los eligieron a la hora de la hora, más allá de otras decisiones políticas o partidistas. 

A nadie se le puede escapar que el Congreso local de Sonora necesita ponerse a la altura de la responsabilidad que la ciudadanía espera con toda razón asuma en sus tareas. Más allá de cualquier asomo pueril o demagógico, debe ser un alto honor ostentar una representación ciudadana para desempeñar tareas legislativas benéficas por su eficiencia y multiplicación. A eso se reduce todo. O debería reducirse a eso.

En otro género de asuntos, prepare su ánimo como es debido ante ciertas circunstancias, y asuma en todos sus detalles la siguiente enumeración: persistencia en uso indiscriminado de agroquímicos, incendios en basurones a cielo abierto, quema de gavilla, deforestación, “tiradero” de aguas negras al mar, contaminación del Río Mayo, suciedad en manglares y tala de pitayales, entre otros problemas.

Las líneas anteriores no forman parte de ningún guion cinematográfico sobre una cinta del fin del mundo o algo parecido. Más bien se trata de una relación de hechos que salió a relucir en la Región del Mayo en el contexto de la reciente celebración por el Día Mundial del Medio Ambiente.

La enumeración de hechos transcrita líneas arriba (o atentados ambientales, mejor dicho) fue formulada por dos ecologistas regionales. Se trata de Máximo Ibarra Borbón y Víctor Manuel Ruiz Siaruqui, a quienes hay que agradecer el servicio comunitario que prestaron al formular el terrible e insólito diagnóstico ambiental que describieron. Con justa razón plantearon que, en virtud de los hechos que describieron, en realidad no había nada que celebrar el pasado Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio).

“Vamos de mal en peor”, resumieron. Y es así porque “hay problemas de contaminación por todas partes, sin que a los funcionarios les importe”, añadieron. Ciertamente, la gravedad de esta situación no surgió precisamente el día de ayer a mediodía. La verdad es que se ha venido incubando al paso del tiempo. Empero, lo que ocurre es que hoy por hoy sus evidencias son más notables o casi imposible de ocultar.

Pero la verdad es que el medio ambiente sureño está cada vez más contaminado por una increíble variedad de factores. Aunque increíble resulta también la pasividad gubernamental que ha permitido (y permite) que un estado de cosas como el descrito haya llegado al nivel o registro que hace notar esta triste coyuntura en el ambiente sureño.

Lamentable en extremo, pero cierto. ¿Qué se podría hacer para, en la medida de lo posible, evitar la caída ecológica de esta parte sureña de la entidad? Y eso bajo el supuesto de que todavía haya tiempo para emprender esa tarea, lo que podría ponerse en duda. Ojalá no sea demasiado tarde…         

armentabalderramagerardo@gmail.com