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Las Plumas

Desalmados

Hay algo sobre las muertes violentas que las autoridades consideran resultado del narcotráfico; sólo concluyen con un “andaban mal”, párale de contar

Jesús Huerta Suárez

Y llegó diciembre, el último mes de este 2021; un año de claroscuros. Un año de muchas cosas bellas, entre ellas los niños, la música y la naturaleza y de otras terribles como el odio, la división de los mexicanos, el autoritarismo del Gobierno y la muerte que ronda siniestramente por todos lados. Sí, un año en donde la muerte se ha paseado como Juan por su casa en estas tierras donde pareciera que los hombres se han olvidado de Dios. Diciembre y ni así hace frío más que en el corazón. Diciembre y aun así matan a más de uno cada día, eso sin contar los que están falleciendo como resultado de la maldita pandemia que el Gobierno dice que le cayó como anillo al dedo, y por más extraño que esto parezca, nunca supimos a ciencia cierta qué quiso decir el presidente. El caso es que hasta el momento hemos sobrevivido a las balas y a la enfermedad y eso es algo por lo que debemos de dar gracias.

Pero, hay algo sobre lo que creo necesario reflexionar: las muertes violentas que las mismas autoridades las consideran resultado del narcotráfico, (porque ni siquiera dan a conocer información precisa de las razones del por qué asesinan a tantas personas, y simplemente concluyen con un “andaban mal”, y párale de contar) pero bueno, supondremos que sí, que todos esos asesinatos son entre vendedores de narcóticos ilegales que pelean por su “nicho de mercado”, que pelean por los consumidores, por lo que, de ser así, ¡qué enviciados estamos! ¡Cómo nos gustan las drogas a los cajemenses!, pero, ¿cuál es la razón para que esto suceda?, me intriga saberlo. ¿Por qué necesitamos tanta droga?, ¿de qué queremos evadirnos?, ¿qué queremos olvidar?, ¿por qué estamos tan aburridos? Son algunas de las preguntas que se me vienen a la cabeza. ¿Es acaso el calor que hace casi todo el año?, ¿es la falta de oportunidades de trabajo bien pagado?, ¿es la ausencia de Dios en nuestros corazones?, ¿es el desprecio por la vida?, ¿qué es lo que nos hace ser tan drogadictos a los de Obregón?, ¿es qué estamos frustrados?, ¿son los pésimos gobiernos que hemos tenido los que promueven la drogadicción?, ¿son los corridos tumbados y los narco corridos los que fomentan esta destrucción de almas y de familias?, ¿es el voltear para todos lados y ver basura, baches, olvido, paredes pintarrajeadas, zombis y pobreza?, ¿nos falta amor?, ¿es que somos débiles de mente?, ¿es que son drogas tan potentes que desde la primera te enganchas?, ¿es que en verdad es algo divertido?, ¿es que no creemos en nosotros mismos?, ¿qué es lo que nos hace ser así? No sé en realidad, lo único que sé es que esto ya es demasiado y parece no tener solución a corto plazo. Tú, ¿qué opinas?