De nuevo los tiburones

¿Entre realidad o ficción?

De nuevo los tiburones

El tema de los tiburones está nuevamente en el interés de la opinión pública sureña. No tanto porque se trate de un asunto que genere una entusiasta o animada convocatoria ciudadana. Es al revés, ya que la atención que produce se relaciona sin duda con un justificado temor o miedo público. Los mismos pescadores de la región no ocultan su inquietud ante las implicaciones de un tema como el que se comenta.

No es para menos. De entre las muy variadísimas especies agresoras existentes en las aguas de mar, debe ser propio reconocer que la propia de los tiburones resulta una de las más temibles por su ferocidad e instinto mortal ante el ser humano. No ha de resultar muy estimulante el recuento de quienes hayan logrado salir con vida después de una agresión frontal o indirecta por parte de estos escualos. Por eso, y porque simple o dramáticamente tiene que ser así, se les teme con un miedo racional o aterrador. Es igual.

En este contexto, debe tener sentido subrayar que, en lo que va del presente año, se han producido ocho avistamientos de tiburones en aguas del sur de la Entidad. Tres de ellos pueden considerarse recientes. Por ello, los gobiernos estatal y federal deben apoyar a los pescadores con la utilización de jaulas protectoras. Así lo demandó Ramón Valenzuela Ruelas, presidente de la Cooperativa Loma Parda de Yavaros. El planteamiento no puede ser más objetivo y pertinente. Aunque se podrían cruzar sentidas apuestas en cuanto a que no será atendido por nadie del lado oficial.

Como bien se sabe desde hace tiempo, una decisión absurda quizá del tamaño del mundo decretó la prohibición de que los pescadores no pueden utilizar jaulas para protegerse de los tiburones, debido a que los escualos pueden morir al chocar con los barrotes de las jaulas. ¿Y qué les puede pasar a los pescadores si enfrentan a los tiburones sin ninguna protección? Sería interesante conocer lo que tendría que decir al respecto algún genio o santón de esta burocracia a la que la vida humana le tiene sin cuidado...mientras sea la ajena. Todo esto viene al tenor de insólitas disposiciones emitidas por las dependencias como Semarnat, Sagarhpa, Profepa y Conapesca.

Cabe hacer notar que el tiburón blanco es una especie protegida y en peligro de extinción. Por lo mismo, se aplicarán multas y hasta destino de cárcel contra quienes vulneren esta disposición. En la óptica oficial este tiburón debe ser cuidado. Correcto. "Pero a nosotros, ¿quién nos va a cuidar?", planteó el líder cooperativista Valenzuela Rosas. Por lo visto, las autoridades respectivas suponen que los tiburones son una especie de ositos de peluche que no causan daño a nadie.

Es obvio que razonablemente no podría ni debería sugerirse la puesta en práctica de una batida mortal contra los tiburones existentes en las aguas sureñas. Lo único que se plantea es la necesidad de que los pescadores hagan su tarea cubiertos con todas las protecciones que sea dable utilizar, en lugar de pensar únicamente que a los tiburones nadie los debe tocar ni con el pétalo de una rosa y menos protegerse de ellos con el uso de jaulas pertinentes. Siempre es importante mantener de pie el sentido de las proporciones.

Un dato más en torno a este tema llama poderosamente la atención por el modo en que se permite advertir hasta donde han llegado las cosas al respecto. Existen multas y hasta posibilidad de cárcel para los pescadores que no respeten las indicaciones que tienen que ver con el cuidado del tiburón, el cual representa una especie protegida y en peligro de extinción. ¿Pero de quién es la culpa de que exista ese riesgo? ¿Acaso de los pescadores de Yavaros? Por supuesto que no. Tal problema debe tener otras aristas muy distintas.

La anterior buscó ser una descripción formulada a grandes rasgos sobre un problema importante y de primer orden en el sur de la Entidad. Vale por eso marcar unos añadidos finales: el dirigente de pescadores Valenzuela Ruelas dijo que, como trabajadores del mar, se sienten desprotegidos y frustrados, "ya que al parecer hay más garantías para los tiburones que para ellos". También expuso que las capturas de todas las especies siguen siendo muy bajas, que la gasolina está muy cara y que el Gobierno no los apoya. Y remarcó: "Aun así, nos vetan las jaulas". Procede la pregunta: ¿realidad o ficción?

armentabalderramagerardo@gmail.com