"Pobreza de aprendizaje", es el término utilizado en un informe reciente del Banco Mundial, que se refiere a la incapacidad de leer de los niños de hasta 10 años de edad. En América Latina y el Caribe, el porcentaje creció de 51%a 62.5%, lo que equivale a 7.6 millones de alumnos en esta situación.
México está incluido entre estas naciones, que están observando un retroceso en los procesos de aprendizaje de sus alumnos, en general, pero principalmente, en el caso del mencionado reporte, para personas de educación primaria, un nivel donde deben desarrollarse conocimientos y habilidades básicas para lograr un avance satisfactorio en los niveles posteriores. El programa "Aprende en casa", ha sido un esfuerzo por atender las necesidades educativas de la población infantil en la época de la pandemia por el coronavirus. No obstante, ha mostrado ser insuficiente, debido a la disparidad de recursos económicos en general, y tecnológicos específicamente, además de la preparación académica de los padres.
En recientes exámenes profesionales de una universidad formadora de docentes donde laboro, el estudiantado mencionaba las dificultades para poder llevar a cabo sus prácticas profesionales y sus proyectos de investigación, con los que llevaron a cabo sus tesis. Aproximadamente la mitad de los alumnos de primaria y preescolar respondía a las video llamadas; un porcentaje similar de padres de familia estaba pendiente de las actividades encargadas a sus hijos. Las razones de esto se encuentran en la necesidad laborales de las personas, la dificultad ya mencionada en algunos casos de contar con dispositivos para conectarse, y el acceso mismo a Internet. En algunos casos, los alumnos universitarios percibían que papá o mamá mostraba resistencia cuando pensaba que sus hijos tendrían más actividades y ellos a la vez, deberían supervisarlos más tiempo. A todo esto, se suma una creciente deserción escolar.
Para el Banco Mundial se trata de la peor crisis educativa jamás vista en la región, para lo que se requiere urgentemente el cerrar las brechas digitales, combinar los programas presenciales con la educación a distancia y poner en marcha estrategias para recuperar el tiempo perdido.
En México se habla ya de un atraso de un año en el nivel académico de una gran parte de los alumnos. A este respecto, todavía se requiere investigar a fondo, pero es un hecho que se requiere de un diagnóstico certero al inicio del próximo ciclo y atender los rezagos de manera eficaz. De lo contrario, se observará un nivel desigual entre el alumnado, se dificultará hacer aprendizajes más complejos, y por supuesto, el futuro se volverá incierto y complicado.
Habrá que esperar el plan de acción de la Secretaría de Educación, se espera sea integral, profundo y con sólidos cimientos científicos, Se ha mencionado también que el regreso será gradual y voluntario. Sin embargo, esto podría implicar un trabajo doble para los docentes, con los alumnos que asistan a la escuela y con quienes permanezcan en casa. La situación requiere de estrategias adecuadas para lograr una atención de calidad para todos los estudiantes.
El reporte hace énfasis al final sobre las consecuencias en lo físico, psicológico y emocional para niños, niñas y adolescentes. La afirmación es cierta, indudablemente, pero también lo es que actualmente en lo educativo se cuenta con conocimientos suficientes para atender esta problemática, siempre y cuando se asuma y cumpla plenamente el compromiso que enfrenta el sistema educativo mexicano. Además del presente, está implicado el futuro de la niñez y la juventud.