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Las Plumas

Crisis de partidos

Francisco Gonzalez Bolon

De grano en grano, llena la gallina el buche, dice el viejo refrán mexicano.

Y así es como otros partidos políticos se han ido nutriendo de la salida de muchos panistas.

El colmo, sin duda, es la dimisión de un Comité Directivo Municipal completo, el del PAN de San Luis Río Colorado que encabezaba Isaac Chávez Heredia.

Es lamentable que un partido hacia el cual la mayoría de los votantes de Sonora se inclinaban a la hora de castigar al PRI, ahora esté viendo cómo uno a uno sus militantes se alejan en busca de oportunidades en otras instancias políticas.

Pero al panismo de Sonora le pasó lo que a muchos otros partidos: sus directivos se engolosinaron con el poder y formaron camarillas a las que muy pocos de los militantes estaban invitados.

Y, así, entre ellos se repartían o reparten, las mieles del poder. Ejemplos hay muchos, pero más que consignarlos, lo que deben aprender los liderazgos blanquiazules, y de todos los partidos, es a tomar en cuenta a cada uno de los que se acercan a sus filas.

Lo mismo le está pasando a Morena. En su momento se llenó de cascajo proveniente de todos los partidos, con lo cual en 2018 pudo acceder al poder, pero muchos de los que llegaron no estaban preparados para esa labor y, al igual que los otros, se desentendió de la militancia, olvidó los principios de eso que llamaron Cuarta Transformación y se pusieron a gobernar en camarillas.

Por ello no se ve claro que la victoria favorezca a Morena en las próximas elecciones. Toda esa amalgama de pensamientos distintos, que pudo haber sido ventaja si se le viera como pluralidad de ideas, echa abajo cualquier acercamiento popular porque se trata más bien de disputa de poder y no de aportaciones positivas.

Ya en Cajeme calmaron al alcalde Sergio Pablo Mariscal y las pretensiones de su esposa, Margarita Vélez, pareja cuya imagen no está del todo brillante, pero todavía quedan algunos cuadros que se pelean hasta con los dientes las candidaturas, como los amigos de Andrés Salas, Raúl Castelo y de la propia ex Presidenta del DIF.

En el PRI, Anabel Acosta Islas se ve como la que podría atraer mas al electorado, pero no dejan de hacer su lucha Armando Alcalá o también Omar Guillén por si no se hace lo de la candidatura a la diputación federal. Y no se le ve más porque en el tricolor la caballada está flaca y nadie hace algo por inyectarle oxígeno, pero de cualquier manera se sigue el viejo esquema de no tomar en cuenta a la militancia.

Todos quieren ser, pero los espacios son pocos y en esa disputa quedan heridos y víctimas en el camino que, sin convicción ideológica alguna, voltean hacia otros lados con la esperanza de encontrar caminos para sus aspiraciones.

Total, que los partidos y sus candidatos no van a tener un día de campo precisamente rumbo al 6 de junio.

Tendrán que trabajar horas extras porque nadie tiene asegurado el triunfo, pese a que muchos quieren ligar la imagen presidencial con un partido morenista que, al menos en Cajeme, no tiene ni pies ni cabeza.

Quienes desde la barrera están viendo los toros, disfrutarán el espectáculo, es cierto, pero al final de cuentas serán los perjudicados si no saben elegir o permanecen apáticos.

No hay algo peor para una sociedad que tener gobiernos poco representativos, elegidos por una minoría frente a esa gran mayoría que permanece estática, sin participación.

De eso es lo que hay que cuidar a Sonora.

Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx