Claroscuros

Por: Moisés Gómez Reyna

Hace unos días se cumplieron tres años del triunfo de Morena en las elecciones federales de 2018, y desde luego, es inevitable hacer un “corte de caja” de los resultados del actual Gobierno federal.

Como en todos los gobiernos del mundo, habrá puntos a favor y en contra. El Gobierno destacará siempre por delante sus logros, mientras que los opositores se encargan de recordarle sus retrocesos o estancamientos.

De cada quién depende poner todos esos elementos en una balanza personal y juzgar a su criterio si el trabajo de una administración es aprobatorio, aceptable, modificable o reprobatorio.

Por ejemplo, los militantes de Morena y aliados del Gobierno federal insisten que este año la economía mexicana crecerá 6%, una tasa no vista en varios años.

No obstante, esto se debe a que en 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) del país cayó -8.5%, por lo que este incremento más bien viene siendo un “efecto rebote” del tropiezo del año pasado. Hay que destacar que los únicos estados que crecen son los ligados a la exportación, mientras que el resto aún tiene un panorama poco favorable.

Otro punto que se señala con insistencia, por parte de quienes están a favor del Gobierno federal, es que en dos años y medio el tipo de cambio prácticamente no se ha devaluado, por lo que la fortaleza del peso frente al dólar sería una señal de confianza en la economía y sus autoridades.

Es importante precisar que las variaciones del peso en los últimos años se han derivado más por factores externos que por internos.

Por ejemplo, las depreciaciones del peso ocurridas en 2017 y 2020 fueron producto de las constantes amenazas del entonces presidente Donald Trump sobre la cancelación del TLCAN, situación que llegó a buen término con la firma del TMEC, lo cual llevó a que el peso se apreciara.

Adicionalmente, en fechas más recientes, los fuertes estímulos económicos en Estados Unidos para afrontar la crisis sanitaria actual, provocaron que el dólar se depreciara frente a todas monedas del mundo, incluyendo al peso.

Un punto más que se presume desde el Gobierno es el aumento que ha logrado el salario mínimo, el cual acumula en 3 años un avance de 44% en términos reales, es decir, por arriba de la inflación.

Pesa este repunte del mínimo, la realidad es no se ha traducido en beneficios tangibles para muchos trabajadores, ya que por la crisis económica y la ausencia de una política de apoyo a los micro, pequeños y medianos empresarios, la pobreza laboral (porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria) se incrementó a casi 40% en el primer trimestre de 2021.

Adicionalmente, el Gobierno presume que en estos 3 años los homicidios han disminuido un 2%, el robo a casa habitación 26%, el robo de vehículos 40% y el secuestro un 41%.

Si bien quizás es posible afirmar que ha disminuido la violencia de manera marginal respecto a los últimos 30 meses del sexenio anterior, también es importante precisar que en los 30 primeros meses de la actual administración federal van un total de 86 mil las víctimas de homicidio doloso, prácticamente el doble que en ese mismo periodo de Enrique Peña Nieto y el triple respecto al mismo lapso de Felipe Calderón.

Como vemos, todos los vasos se pueden ver medio vacíos o medio llenos, pero de poco o nada sirve sobrediagnosticar positiva o negativamente la situación en que se encuentra el país.

Ojalá estos indicadores y el inicio de la segunda mitad del sexenio sirvan para que las fuerzas políticas reflexionaran sobre el mal que causa la polarización del país, y optarán más por dialogar y llegar a acuerdos para combatir los problemas y desigualdades que más afectan a los mexicanos.

Twitter: @gomezreyna

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