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Las Plumas

Ciudad greñuda

Como nunca, en la ciudad y en las comisarías las vialidades están destrozadas

Francisco Gonzalez Bolon

Con justa razón, esta semana han salido los empresarios a solicitar a las autoridades municipales el arreglo de las deterioradas calles.

Son vías de primera, dicen en tono humorístico muchos ciudadanos, pues no se llega a utilizar el resto de las velocidades en un automóvil debido a que debes manejar muy despacio e ir sacándole la vuelta a tantos baches.

Como nunca, en la ciudad y en las comisarías las vialidades están destrozadas. Pareciera que a quienes han pasado por Desarrollo Urbano solamente les ha preocupado llenarse los bolsillos pero no mejorar las vías.

Junto con la necesidad de evitar tanta violencia, el clamor de los cajemenses es el arreglo de las calles. Un día sí y el otro también los automovilistas tienen que hacer malabares para sacarle la vuelta a tantos hoyancos a fin de que llantas o transmisiones de los autos salgan averiados y, los de a pie tienen que estar atentos a las maniobras vehiculares para no salir arrollados en uno de sus movimientos.

De ahí la reacción de la presidente de la Cámara de Comercio en Ciudad Obregón, Ivonne Llamas Ascencio:

“Estamos desafortunadamente con mucho bache en las calles y lo único que se les pide a las autoridades, independientemente de que no alcancen los recursos para poder solventar esta situación en toda la ciudad, se les solicita de la manera más atenta se trabaje, aunque sea por las rúas donde transitan los camiones que abordan los trabajadores de nuestras empresas para que tengan una protección ante esta situación”.

“Creo que debemos ser partícipes, el no darle la importancia a esto, denota la falta de interés y que como ciudadanos debemos estar siempre pendientes de la calidad de lo que debemos tener en nuestra ciudad e insisto que si no pueden tapar todos los baches cuando menos que se le dé prioridad a las calles por donde están las rutas de los camiones, sabemos que ellos trabajan con todo el ímpetu y entusiasmo en base a los recursos que tienen”, comentó.

¿Dónde quedó aquella ciudad limpia, ordenada y sin baches de los años en que Ciudad Obregón iba creciendo?

No se sabe, pero lo cierto es que se fueron perdiendo muchas buenas características de una comunidad que estaba llamada a ser un polo de desarrollo, pero que poco a poco su crecimiento se vio frenado por circunstancias económicas y políticas.

Unos le echan la culpa a las expropiaciones de tierras en el Valle del Yaqui, por las cuales los empresarios y agricultores locales retiraron muchas inversiones y eso detuvo el ascenso de la ciudad.

Otros señalan que las nuevas generaciones de agricultores y empresarios, al haber nacido ya en pañales de seda, no aprendieron a mantener el rumbo progresista, además de que al formarse la ciudad con vecinos provenientes de otras latitudes del país, no tuvieron ya el mismo cariño hacia sus raíces y dejaron que lentamente la comunidad fuera cayendo hasta lo que se ha llegado hoy.

Pero, como diría el clásico, “haiga sido como haiga sido”, lo importante es que todos los sectores se unan hoy, alejados de colores partidistas o pruritos ideológicos, para retomar el rumbo de una ciudad que no merece el maltrato al que ha sido sometida por malos gobiernos y, seamos claros, malos ciudadanos.

Pero, en aras de ser objetivos en este planteamiento, la idea de salvar a Cajeme o a cualquier otro municipio, tiene que pasar del discurso a los hechos. De otro modo, habremos perdido para siempre la oportunidad de ser mejores.

Y eso no lo van a perdonar las futuras generaciones.

Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx