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Las Plumas

Chayotero

Chayotero

Me queda muy claro que en Sonora y en México, el chayotero no se crea ni se destruye, solo se transforma. Pero, para entender el origen del adjetivo “chayotero” habrá que anotar que es un embute. Según el Diccionario del Español de México (DEM), se trata de un “soborno que una oficina de Gobierno da a un periodista para inducirlo a informar según su conveniencia”. Otros estudios sobre comunicación y medios como el de la Universidad Rey Juan Carlos, de España, comenta que el embute también implica “callar información que incomoda a las autoridades”, pero embute cedió su popularidad a chayote en la era del presidente Gustavo Díaz Ordaz, según menciona Julio Scherer en su libro Los Presidentes: "Mientras el entonces presidente de la República pronunciaba un día de 1966 el discurso inaugural de un sistema de riego en el Estado de Tlaxcala, entre los reporteros corría la voz: '¿Ves aquel chayote? Están echándole agua. Ve allá”… "Allá, semioculto por la trepadora herbácea —sigue el relato de Scherer— un funcionario de la Presidencia entregaba el chayote, nombre con el que desde entonces se conoce al embute en las oficinas de prensa".

En su Manual para el nuevo periodismo, Raymundo Riva Palacio sentencia que el chayote es "la forma más baja de corrupción y la violación más primitiva de la ética profesional, como también es la más extendida y soslayada por todos". El caso es que mientras son peras o son chayotes cientos de millones de pesos de nuestros impuestos son distribuidos entre la prensa de cada Estado de la República para que hablen maravillas del gobernante en turno, y esto no lo debemos permitir.

Y el chayotero cuando no está obteniendo dinero público para echarle flores al gobernante en turno, está obteniendo dinero para echarles tierra a otros. El chayote te permite estar haciendo mal las cosas como Gobierno, pero ellos no dirán nada al respecto, y, no solo eso, dirán que todo va bien. El chayotero por lo general simpatiza con algún partido o grupo de poder político, y mientras sus jefes están en el poder, él también lo está, pero cuando sus jefes no están en el poder, se queda, por lo general, otros tres o seis años esperando mejores tiempos, pero sigue recibiendo dinero de alguna parte. Hay chayoteros preparados y chayoteros sin otro atributo que una lengua afilada, mucha necesidad y poca vergüenza. Hay chayoteros que amenazan, extorsionan y mienten, mientras que hay periodistas que mueren por decir la verdad.

El chayotero es parte medular de un terrible círculo vicioso que, cual rémora, ha crecido a la sombra del poder y que hace tanto daño o más, que los mismos políticos corruptos que tienen hundido en la miseria a este Estado y a este país.

¡Di no al chayote y no les creas nada! Es por el bien de todos.

Jesushuerta3000@hotmail.com