Nunca en mi vida había visto algo similar a lo que pasa hoy en México. Nunca, en ningún lugar y en ningún momento había visto que un mandatario fuera tan amado y tan odiado al mismo tiempo. En esta relación de amor-odio no hay escala de grises como lo debe haber en toda fotografía que no es a color. En nuestra realidad solo hay extremos y eso es algo de llamar la atención.
En las redes sociales, en las reuniones de amigos, en la calle, en el Uber, en el bar, en la escuela, en la iglesia en las familias y en todos lados y hasta donde lo permita la incipiente pandemia, no se habla más que de un amor incondicional o un odio lacerante hacia el presidente de la República y su Gobierno.
Creo que una situación socio política tan extrema no es buena para nadie. Ni todo el amor ni todos los huevos nunca es bueno ponerlos en una sola canasta. Ni generar todo ese odio que nos denigra como humanos, es sano. Estos extremos entre el "blanco y negro" hablan de una sociedad inmadura, desinformada, desinteresada, distante y, lo que es peor, apática, porque, la realidad en nuestro país es que los candidatos de elección popular ganadores de cualquier nivel llegan al poder electos por menos de la mitad del electorado, en el mejor de los casos.
El caso es que a López Obrador lo odian o lo aman, y lo aman con una fe ciega porque si en algo se ha destacado este Gobierno es en no saber comunicar o informar sobre sus logros de una manera efectiva; la gente no sabe a ciencia cierta cuáles son los avances obtenidos en estos más de dos años de Gobierno, excepto por los apoyos económicos entregados a adultos mayores y el pago de becas en efectivo a los estudiantes (lo que en un par de años nos ensenará que no fue una buena decisión, porque por muchos es sabido que este dinero lo están utilizando muchos en lo que les da su gana, desaprovechando la oportunidad que se les da para estudiar, pero esa será otra de las historias...de horror en México).
Es increíble ver los chorros de veneno que se lanzan sobre el mandatario por todos los lados, lo mismo que las alabanzas a ultranza vertidas sobre el presidente por sus admiradores, al grado de compararlo con una especie de mesías y el mejor presidente del mundo, sin defecto alguno, mientras que otros hablan de su deseo de que sea eliminado, o, mínimo, que sea retirado del cargo y sea juzgado como un traidor a la patria, mientras el mismo presidente le apuesta a la división de clases diariamente.
Usted tiene su propia opinión sobre el presente mandatario y es muy posible que nadie lo pueda hacer cambiar de parecer, pero lo que sí es un hecho irrefutable es que quiera o no, en la vida nada es blanco o negro sin antes o después pasar por toda la escala de grises. No olvidemos que todo es relativo y que los extremos nunca son buenos. De lo que sí estoy seguro es que el tiempo pondrá a cada quien en su lugar, pero mientras le recomiendo echarle un vistazo a una fotografía en blanco y negro para que vea de lo que hablo. Le saludo.