Se han implementado diversos programas sociales, desde el Programa Nacional de Solidaridad hasta los programas actuales de la 4T
Hace unos días, en la Ciudad de México, después de un ejercicio de observación, me reuní con un grupo de amigos para jugar cartas, entre los cuales se encontraban expertos en transparencia y rendición de cuentas. Entre risas, la conversación derivó en un tema ineludible:los contrastes de una ciudad llena de posibilidades, pero marcada por las desigualdades. Sus gobiernos han sido semilleros de políticas socialesrelevantes en el país, lo que me llevó a cuestionar: ¿qué es el bienestar?, ¿cómo lo medimos?, ¿cuál es el rumbo a seguir en Sonora?
Algunos señalaron que las debilidades de la política social actual derivan de la toma de decisiones discrecionales y la falta de transparencia. Otros consideramos que, aunque los objetivos son adecuados, existen áreas de oportunidad.
El bienestar es un tema complejo y multidimensional. Según Valdés, combina características que aluden, por un lado, a circunstancias exteriores de la persona, tales como posesión o acceso a ciertos bienes materiales: riqueza, comodidades,tiempo libre y acceso a servicios de salud y educación;y, por otro lado, a la posesión de ciertos estados internos: placer, felicidad, sentimiento de dignidad y, en general, todo aquello que resulta de la realización de deseos, anhelos y planes de vida (1991).
Por un lado, es preciso considerar que estas políticas deben ser de carácter transversal, lo que implica la coherencia con otras políticas como acceso a servicios básicos, educación, salud, oportunidades laborales, cultura, seguridad pública y, en general, el disfrute de los derechos humanos; y, por otro, se reconoce que las políticas de bienestar representan un desafío relevante tanto en su diseño, implementación y medición.
En México, se han implementado diversos programas sociales, desde el Programa Nacional de Solidaridad hasta los programas actuales de la Cuarta Transformación. Ahora, estosson de carácter universal y sin intermediarios, como es el caso del Programa de Pensión para Adultos Mayores, Jóvenes Construyendo el Futuro y la Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente. No obstante, un estudio reciente de Cejudo y Lugo revelaque la falta de articulación y focalización ha sido un desafío persistente en la implementación de la política actual (2025). Por lo que, todavía persisten retos importantes para alcanzar el bienestar.
Sin embargo, en Sonora uno de los esfuerzos para alcanzar el éxito de esta política, es la alineación de las políticas estatales con el Plan Nacional de Desarrollo lidereado por la presidenta Claudia Sheinbaum. Con ello, se vislumbra la intención de llevar a cabo un trabajo conjunto y coordinado con el gobierno federal. Como parte de esta estrategia, la Secretaría de Desarrollo Social pasó a denominarse Secretaría del Bienestar. Se espera que los cambios no sean solamente de forma, sino de fondo, y que realmente mejoren la calidad de vida de la población.
La experiencia nos lleva a pensar que para lograr la eficiencia en la política social se requiere robustecer los esfuerzos de coordinación intergubernamental y su monitoreo constante, con el fin de identificar áreas de oportunidad e implementar las mejoras necesarias para obtener mejores resultados.
Medir el éxito de las políticas de bienestar es un desafío complejo. Requiere un enfoque multidimensional y la consideración de diversos indicadores. Es fundamental fortalecer el diálogo, la coordinación y la transparencia para garantizar la implementación de políticas efectivas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la población.
Por ello, se requiere el involucramiento de diversos sectores sociales: comunidad académica, organizaciones de la sociedad civil, medios de comunicación y de la sociedad en general, con el objetivo de impulsar mejores prácticas. El bienestar nos concierne a todos y necesita más espacios de transparencia y rendición de cuentas.