Ante aumento de tarifas en Navojoa de agua y predial
Los números fríos se explican por sí solos: el aumento en el servicio del agua potable será del 20%, mientras que en el caso del predial alcanzará 17%
La población de Navojoa tendrá un amargo fin de año. Y no es para menos. Recién, el Cabildo local aprobó el aumento de tarifas en el costo del agua potable y el impuesto predial. Esta doble decisión se produjo de repente. Nadie la esperaba o imaginó. Hay de regalos navideños a regalos. Pero este que se comenta resultó un tanto especial por la gravedad económica de sus consecuencias.
Los números fríos se explican por sí solos: el aumento en el servicio del agua potable será del 20 por ciento, mientras que en el caso del predial alcanzará 17 por ciento. Sin ningún afán de nada, excepto el propio de comentar los hechos con franqueza, tiene que reconocerse que se trata de incrementos considerables en dos áreas fundamentales del servicio público.
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Cabría pensar que, en coyunturas municipales como la descrita, siempre ocurre lo mismo (una mezcla de desánimo y coraje) cuando se incrementa el costo de ciertos y cuáles servicios de primer orden. Por supuesto que no debe haber nada más ingrato o repelente que el incremento en esos pagos oficiales o gubernamentales. Pero no se vale que esta clase de prácticas se lleven a cabo un poco a raja tabla, es decir, sin averiguar contextos económicos imperantes y fijar así las tarifas de cobro con incrementos desbordados.
También en todo esto suelen surgir paradojas que tornarían increíbles o imposibles de llevar a cabo los aumentos que se autorizan. En el caso de Navojoa, es público, notorio y evidente que, por ejemplo, el afamado servicio de agua potable dista mucho de ser el que debería ofrecerse a la población en virtud de sus fallas. La situación no es de ahora. Tiene tiempo de que se incubó sin lograr históricamente una solución justa y cabal para la ciudadanía.
No debe ser fácil alcanzar esa solución. Pero sí parece que lo es autorizar aumentos en el costo del agua. El tema del predial es también un asunto sensible para el grueso de la población. Pero llegado el caso esta no puede hacer nada para librar o reducir el pago respectivo ni la circunstancia en que se produce su cobro. La mecánica en general a que se alude es casi siempre la misma. Su único cambio suele darse en los montos de los cobros que deben cubrirse y que invariablemente siempre están en alza.
No en balde, entonces, el regidor Jorge García de León hizo al respecto planteamientos certeros e interesantes. Señaló, por ejemplo, que el aumento del 20% en el servicio de agua potable no se justifica por dos razones: es muy alto y no se está brindando un suministro en tiempo y forma. Juzgó como muy lamentable este incremento, así como el propio del impuesto predial, que fue del 17 por ciento, como quedó dicho.
Con justa razón, el regidor García de León describió que se vive una situación bastante crítica. "De las peores de la historia", señaló con acierto. Esta situación la atribuyó a la sequía imperante, "por lo que –dijo- no era el momento de subir impuestos, que es la salida más fácil". Describió una alternativa: "Debemos buscar otras maneras para conseguir recursos", en tanto que "la solución no está en aumentar los impuestos, que es un golpe bajo e injusto para los navojoenses".
Definiciones tan claras y objetivas como las anteriores ponen el asunto en su justa y cabal perspectiva. La solución no está en aumentar impuestos. Pero casi siempre es la que se aplica, como si nada. Hay una especie de círculo vicioso en todo esto. Siempre se hace igual. En tiempos que dicen que son distintos como los de hoy, no parece que haya cambiado para nada la mecánica que se describe. Habrá que ver cómo empieza el año en esta materia impositiva.
Vale desear que la puesta en marcha del año nuevo se haga sin mayores sobresaltos o temores en esta materia y en todas las demás que tienen que ver con el costo de la vida. Debe ser cómodo plantear o formular esperanzas de esta naturaleza. En ocasiones, sin embargo, no es fácil alcanzarlas y menos cuando en la víspera se producen hechos como los que se comentan. El año está por concluir. Pero se diría que de momento basta o debe bastar con las sorpresas ofrecidas los días anteriores.
Sin embargo, en esta materia nunca hay nada escrito, por lo que en realidad todo puede suceder. No es ni será lo deseable que sucede, si bien esta clase de contingencias no dependen de una siempre deseable buena voluntad.
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