410 Aniversario de la Fundación de Navojoa
Es de vital importancia conmemorar la fundación de lo que hoy conocemos como Navojoa, porque conmemorar es respeta y fortalecer nuestra memoria
En 1614, los misioneros jesuitas acompañando a las expediciones de los conquistadores, arribaron a lo que hoy se conoce como la Región del Mayo y a lo largo del caudaloso río, al que ellos bautizaron como Río de la Santísima Trinidad, fundaron los Ocho Pueblos de misión que fueron el inicio de la nueva vida en esta región.
Las misiones jesuitas no sólo atendían el proyecto de evangelización para la religión católica, sino que integraban a las comunidades en una estructura económica y social nueva: congregaban y pacificaban a los indígenas, su primera tarea era la educación, les enseñaban, además, nuevas prácticas agrícolas, la cría de ganado y los organizaban para el trabajo.
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Todo ello, dio pie a una naciente organización y vida social al fundarse por Andrés Pérez de Rivas y el Padre Jesuita Pedro Méndez, la Misión de La Natividad de Santa María de Naabojowwa, el 8 de septiembre de 1614. Desde entonces, paulatinamente y de manera progresiva, detonó el desarrollo para una nueva vida que se fincó en lo que hoy conocemos como el Pueblo Viejo de Navojoa y al entrar a la etapa de la modernidad, los pobladores se trasladaron a este nuevo núcleo poblacional, que actualmente, es nuestra creciente ciudad de Navojoa.
Es de vital importancia conmemorar la fundación de lo que hoy conocemos como Navojoa, porque conmemorar es respetar, reconocer, atender a la diversidad y fortalecer nuestra memoria histórica colectiva, para ello es necesario analizar y difundir la riqueza cultural, así como las aportaciones al desarrollo por parte de las misiones jesuitas en la Región del Mayo, para conocernos y comprendernos desde la interculturalidad de esta población en cuatro siglos de convivencia con nuestros pueblos originarios.
Tenemos que asimilar que el mundo de los mayos resultó favorecido con los procesos de alteridad y aculturación de los europeos en los campos de misiones. Su cultura cambió radicalmente de manera que ahora podían tener lugares fijos donde vivir y se acababa la época nómada que por siglos habían tenido. Las misiones generaron consigo la agricultura, la ganadería, el cultivo la vida textil, la vida religiosa con una organización al estilo europeo.
Una de las finalidades de la vida en las misiones era ofrecer un modo educativo que transformara para bien, la vida de los evangelizados. Los padres jesuitas que establecían misiones, ofrecían la formación de los niños en el mundo nuevo de la liturgia, el latín, junto con la agricultura, ganadería y mundo manufacturero. Esas eran las bases de la nueva educación en tierras de misión.
Seis años después del inicio de la evangelización se vio plasmado en la región del Mayo, el primer colegio jesuita, fundado en la misión de la Natividad de la Virgen María en Navojoa, por el padre canario Diego de la Cruz, quien convocó a los jóvenes de las distintas misiones que vivían entorno al río Mayo y fue así que se constituyó el primer centro educativo de lo que en un futuro sería el actual Estado de Sonora. En ese sentido podemos afirmar que la educación en Sonora, nace en nuestra Región del Mayo.
Por otro lado, los misioneros introducen, objetos litúrgicos y representaciones que, en el conjunto simbólico, forman parte de la estrategia de evangelización y la trascendencia del legado artístico que dejara la Compañía Jesús en nuestras tierras. Por ejemplo la música de cuerdas en las danzas de pascolas, las danzas de matachines, sus sones y alabanzas a los santos patronos, representó una nueva forma de vincularse al universo, al cosmos, con una conexión espiritual a la naturaleza y nueva mística de la Fe del nuevo mundo y con un crisol de sincretismo, que hoy define en su esencia y presencia en nuestra cultura, aunque para algunos estudiosos es resistencia y resiliencia, ante la imposición, para otros es evolución, más allá de todo, es comprender la interculturalidad y la otredad como el desarrollo de nuestras culturas e identidades.
Es de suma importancia nos pongamos de acuerdo en toda la Región del Mayo para que el próximo año celebremos y conmemoremos las Misiones en el Mayo, con una gran programación cultural que permita recorrer y comprender históricamente de donde provenimos y cuál es la riqueza cultural y el patrimonio cultural que nos heredaron los misioneros jesuitas, y sobre todo homenajear al Padre Jesusita Pedro Méndez “El Gran Misionero” para reconocer su gran aportación en la conformación de nuestros pueblos y comunidades.
Cabe destacar que el Gobierno Municipal de Navojoa y el Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Navojoa Región del Mayo realizaran una programación cultural interesante con conferencias durante esta semana alusivas a las misiones jesuitas.
Pues bien, este México que son varios méxicos, en tiempo y en espacio, en forma y en fondo, es heredero de diferentes conquistas, de diferentes procesos. Entendamos Puede que el alma mexicana sea el alma de las artes, las lenguas, las comidas, las religiones; puede que el alma de nuestra esencia cultural no esté en conflicto, en división, sino, en suma, en adición. (Lo Cortés no quita lo Cuauhtémoc. Ni lo Moctezuma.)