En el Centro Internacional Mariápolis en Castel Gandolfo, el Papa León XIV protagonizó un emotivo momento al bendecir un bloque de hielo de más de 20 mil años, traído desde un glaciar de Groenlandia.
El gesto simbólico que se hizo viral y recibió diferentes tipos de comentarios formó parte de la conferencia "Brindando Esperanza", realizada en el marco del décimo aniversario de "Laudato Si", la encíclica del Papa Francisco sobre el cuidado de la creación.
"Señor de la vida, bendice esta agua: que despierte nuestros corazones, purifique nuestra indiferencia, calme nuestro dolor y renueve nuestra esperanza", dijo el Papa frente al bloque de hielo.
La imagen se volvió un fuerte símbolo del impacto del cambio climático y de la necesidad urgente de una conversión ecológica.
"NO PODEMOS AMAR A DIOS Y DESTRUIR SU OBRA", AFIRMA
El bloque provenía del fiordo Nuup Kangerlua y fue trasladado a Roma como parte del proyecto "Ice Watch", liderado por el artista Olafur Eliasson y el geólogo Minik Rosing. Esta iniciativa busca visibilizar el calentamiento global llevando bloques reales de hielo a ciudades europeas.
Durante su discurso, el Papa León XIV criticó a quienes niegan la crisis climática y subrayó que dañar la naturaleza contradice la fe cristiana. "No podemos decir que amamos a Dios y destruir su obra", afirmó. Recordó que todo lo creado es don divino y que, como San Francisco de Asís, debemos ver en la naturaleza a nuestros hermanos: el sol, la luna, el agua, los animales.
El mensaje fue en el sentido de que, cuidar la Casa Común no es solo una responsabilidad ambiental, sino un acto de amor y gratitud hacia Dios. La bendición del hielo se convirtió así en una señal urgente de esperanza, que nos llama a responder al clamor de la Tierra con compromiso y fe.