Un hecho tan conmovedor como inesperado se vivió en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, durante el último adiós al Papa Francisco: Decenas de palomas blancas surcaron el cielo justo en el momento en que miles de fieles despedían al Pontífice, fallecido el pasado lunes 21 de abril debido a un ictus cerebral y un colapso cardiovascular irreversible.
El vuelo de las aves, que no formaba parte de la ceremonia oficial, fue captado en numerosos videos y rápidamente se viralizó en redes sociales. "¡Un fenómeno inusual!", escribieron muchos usuarios al compartir las imágenes, donde se observa el cielo nocturno de Roma atravesado por estas aves, consideradas en la tradición cristiana símbolo de paz y del Espíritu Santo.
Aunque la presencia de palomas en la Plaza de San Pedro no es del todo inusual, la aparición de un gran número de ellas durante el homenaje y en horario nocturno fue considerada por muchos creyentes como una señal espiritual o un símbolo de despedida. "Todos los ciudadanos locales dicen que es algo completamente inusual. Las aves acompañan en su último adiós al representante de Cristo en la Tierra", señalaba uno de los mensajes más compartidos en X.
EL DÍA QUE EL PAPA FRANCISCO LIBERÓ A DOS PALOMAS
En 2013, en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco recibió un emotivo obsequio: dos palomas blancas que liberó ante la ovación de miles de fieles presentes. El momento más especial se dio cuando una de ellas se posó brevemente sobre su mano antes de emprender el vuelo, lo que provocó una oleada de aplausos y sonrisas entre los asistentes.
El gesto se dio mientras el Pontífice recorría la plaza en su papamóvil, como era habitual cada miércoles. Entre la multitud, alguien le entregó, a través del equipo de seguridad, una jaula blanca con las dos aves en su interior.
Francisco abrió la pequeña puerta, tomó la primera paloma y la lanzó al cielo. Al intentar liberar la segunda, esta se resistió a dejarlo de inmediato y permaneció unos instantes en su mano izquierda, en una imagen que muchos interpretaron como un símbolo de paz y cercanía espiritual.
El gesto cobró aún más significado, considerando que la paloma blanca es, en la tradición cristiana, símbolo del Espíritu Santo, precisamente el tema central de la catequesis que el Papa ofreció ese día. Durante su enseñanza, recordó que es el Espíritu Santo quien revela la verdad, nos lleva al conocimiento de Jesús y fortalece al creyente para vivir su fe cada día.
