Fue por refrescos para su hermana y para él, y muere en enfrentamiento armado
La víctima, de tan sólo 11 años de edad, recibió varios disparos y su cuerpo quedó tendido en la banqueta; las imágenes son desgarradoras
Era un niño inquieto, pero amoroso, así describió su abuela a Joaquín, un niño de tan sólo 11 años de edad, que salió a la tienda en busca de refrescos para su hermana discapacitada y para él, pero que fue masacrado de 37 balazos en un ajuste de cuentas.
El trágico incidente se registró en Guayaquil, Ecuador, y el ataque armado en el que perdió la vida el menor ha conmocionado a toda la ciudadanía.
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De acuerdo con la abuela del menor, el chiquillo llegó de la escuela, se quitó el uniforme de la escuela y se dispuso a salir de casa rumbo a la tiendita para comprar las bebidas.
Sin embargo, a doña Liliana, su “abue”, no le pareció buena idea que saliera, y hasta lo regañó, expuso, pero el niño no hizo obedeció, salió de casa y se fue por las sodas para su hermana, de 17 años y que sufre discapacidad intelectual, y para él.
Doña Liliana explicó a los medios que el niño salió de casa, tomó su refresco y se sentó en la banqueta, afuera de un taller de motos, donde se topó con unos amigos y se quedó a conversar con ellos.
De pronto, frente al negocio arribaron dos carros y cuatro motocicletas, a cuyos tripulantes no les importó que hubiera más gente, entre ellos Joaquín, por lo que abrieron fuego con armas de grueso calibre.
En su desesperación y miedo, Joaquín intentó resguardarse, pero 37 balas dirigidas a otros hicieron blanco en su pequeña humanidad, arrebatándole su vida, sus sueños, todo, dejando a su familia sumida en el más profundo dolor.
Según el relato de la abuela Liliana, le dijo: ‘Mijito, no salgas, quédate adentro, anda a dormir, qué va a hacer a la calle’, pero a él le gustaba sentarse afuera de la casa y conversar con sus amigos. Lo reté y le dije que entrara, pero no me hizo caso, a los pocos minutos ocurrió la balacera que hoy nos tiene destrozados como familia. Mi nieto quedó con su colita al lado, no alcanzó a tomársela".
Joaquín era uno de los cinco nietos, hijos de una de sus hijas, y se refirió a él como un pequeño amoroso e inquieto, pero bueno.
En el ataque armado que cobró la vida de Joaquín también dejaron de existir tres personas más, Erlin Steven Muñoz Cusme, de 29 años; Carlos Alberto Cárdenas Pérez, de 41, quien tenía antecedentes por drogas en 2018, y Danilo Daniel Pincay Bohórquez; además, seis personas más resultaron heridas.
como muestra de la ola de violencia que está imperando en el país centroamericano.
CAE UNO DE LOS ASESINOS
Pasada la conmoción, las autoridades implementaron un operativo para dar con los responsables; sin embargo, habitantes del lugar bloquearon la labor policiaca, pues los pobladores habían bloqueado las calles con troncos, tratando que los asesinos no fueran capturados; pero encontraron a uno: Jhon Jairo Ceme Peña, quien fue vinculado y remitido a prisión preventiva por asesinato.
El pequeño Joaquín fue velado en su casa, a 10 metros de donde fue ultimado de 37 balazos por quienes fueron a ajustar cuentas con Carlos Alberto Cárdenas Pérez.