Descubren metales pesados en tampones, un riesgo para la salud
La investigación detectó la presencia de sustancias químicas peligrosas en productos menstruales
En un reciente estudio, se encontraron altos niveles de metales pesados, como plomo y arsénico, en tampones tanto orgánicos como no orgánicos. Esta investigación pone en alerta a millones de personas que utilizan estos productos durante aproximadamente cinco años de su vida reproductiva, usando en promedio unos 11 mil tampones y otros productos menstruales.
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Investigaciones anteriores ya habían detectado la presencia de sustancias químicas peligrosas en productos menstruales, incluyendo PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), ftalatos y compuestos orgánicos volátiles (COV). Estas sustancias son conocidas por alterar el sistema endocrino, que regula diversas funciones corporales como el desarrollo sexual, el metabolismo, el estado de ánimo y el sueño.
El estudio más reciente, liderado por la profesora adjunta Kathrin Schilling de la Universidad de Columbia, identificó la presencia de plomo y arsénico en tampones, aunque en niveles pequeños. Sin embargo, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, no existe un nivel seguro de exposición al plomo. Schilling subraya que, aunque no se sabe si estos metales pueden filtrarse al cuerpo, es esencial que las personas estén informadas sobre su presencia en los productos menstruales.
A pesar de los hallazgos, el estudio no pudo determinar si los metales pesados pueden ser absorbidos por el cuerpo a través del uso de tampones. Amanda Hils, portavoz de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), mencionó que se planea evaluar el estudio minuciosamente y tomar las medidas necesarias para proteger la salud de los consumidores.
Anna Pollack, profesora adjunta de salud global y comunitaria en la Universidad George Mason, señaló que el tejido vaginal es más permeable que otras partes del cuerpo, lo que podría aumentar el riesgo de absorción de estos metales y sustancias químicas. Pollack, coautora de un análisis sobre contaminantes en productos menstruales, recomienda estar atentos a futuras investigaciones sin alarmarse prematuramente.
HALLAZGOS DEL ESTUDIO
El equipo de Schilling examinó 30 tampones de 14 marcas diferentes, probando para 16 metales pesados. Se encontró un promedio de 100 nanogramos por gramo de plomo y 2 nanogramos por gramo de arsénico en los tampones. Curiosamente, los tampones orgánicos contenían niveles más altos de arsénico, mientras que los tampones no orgánicos tenían más plomo.
Además de los metales pesados, productos como los PFAS y los ftalatos también fueron detectados en productos menstruales. Los ftalatos, presentes en artículos de consumo cotidiano, se han asociado con problemas reproductivos y desarrollo anormal en bebés y adultos. Un estudio de 2022 reveló que casi la mitad de las toallas sanitarias, compresas y protectores diarios contienen PFAS, conocidos por su durabilidad y resistencia en el medio ambiente.
Los expertos y la FDA recomiendan no usar tampones por más de ocho horas y optar por el de menor absorción posible para minimizar riesgos. También es esencial mantener una buena higiene al manipular estos productos y estar atentos a síntomas de síndrome de shock tóxico, una infección bacteriana grave.