Por años, Teléfonos de México (Telmex) fue signo de progreso, además de ser una de las paraestatales más redituables del Gobierno de la República; sin embargo, en un momento de aquellos, cuando se provocó un sentimiento de primer mundo, vino el golpe.
Y es que durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari empezó el "desmantelamiento" de las empresas productivas del Estado; entonces vendió Telmex, pero no a cualquiera, sino a un mexicano de origen libanés: el empresario Carlos Slim Helú, quien la adquirió a través de un consorcio con franceses y estadounidenses.
A decir del propio magnate, durante una entrevista, Telmex atraviesa severas dificultades financieras, como un pasivo laboral por arriba de los 270 mil millones de pesos, por lo que ya no se le considera como rentable.
ESTO PASARÁ CON TELMEX A LA MUERTE DE SLIM
Sin embargo, y contrario a lo que se podría pensar, el magnate que algún tiempo encabezó la lista Forbes de los más ricos del mundo, por encima de Bill Gates (Microsoft) y Jeff Bezos (Amazon); Elon Musk (X, Tesla, Neuralink y SpaceX) todavía no pintaba.
Así, durante la charla, el multimillonario declaró que no tiene la intención de vender la empresa, pues esta ha requerido una gestión cuidadosa para evitar un endeudamiento ilimitado.
El presidente de Grupo Carso subrayó que Telmex no estará a la venta ni aunque muera, ni en la vida de sus hijos, asunto que ya había abordado con ellos, "es una empresa mexicana, ya la hubiéramos vendido".
Comentó que cuando compró Teléfonos de México fue sin fondo de pensión, lo que le generó a la compañía una importante carga financiera; a fin de resolver esa situación, creó un fondo con valor de 160 mil millones de pesos.
A este fondo, anualmente se le destinan entre 20 y 25 mil millones de pesos, los cuales provienen de lo que la empresa genera cada año.
Y es que Carlos Slim ha sido enfático en mantener sus negocios bajo control nacional, siempre operando con visión social, reafirmando con ello su deseo y compromiso de preservar a Telmex como emblema de las telecomunicaciones, aunque signifique un desafío financiero.