La visita al Hospital del Niño que cambió la vida de Fátima Bosch antes de la corona

La mexicana regresó a Tabasco tras haber ganado el título de Miss Universo y aprovechó para visitar a niños con cáncer y VIH

Esta causa me eligió a mi, mencionó la reina de belleza internacional.
Esta causa me eligió a mi, mencionó la reina de belleza internacional.

La vida de Fátima Bosch, hoy reconocida como Miss Universo 2025, dio un giro intenso mucho antes de la fama, las pasarelas y las coronas.

Todo comenzó con una visita escolar al Hospital del Niño de Tabasco cuando tenía apenas 14 años, una experiencia que transformó para siempre su manera de ver la vida y la llevó a comprometerse con la infancia más vulnerable de su estado.

EL COMPROMISO SOCIAL ANTES DE LA CORONA 

En vísperas de Navidad, Bosch regresó al hospital para realizar su tradicional donación de juguetes a niñas y niños con cáncer y VIH, una labor solidaria que ha sostenido de manera ininterrumpida durante una década.

Esta reciente visita coincidió con su regreso a México tras el certamen internacional y tuvo un significado especial pues buscó reafirmar que su compromiso social no nació con una corona, sino con una vivencia profundamente humana.

"Esto no empezó con una cámara ni con un título. Empezó como una actividad escolar que sin saberlo me iba a cambiar la vida para siempre", escribió la tabasqueña.

El primer contacto con los pequeños pacientes, sus historias y su fortaleza frente al dolor la marcaron de tal forma que, desde entonces, decidió no mirar hacia otro lado.

UNA VISITA QUE SEMBRÓ UNA VOCACIÓN DE SERVICIO

Fátima recuerda que salió del hospital siendo otra persona. Aquella visita sembró en ella una vocación de servicio que se convirtió en parte de su identidad y que hoy sigue guiando sus acciones, incluso en medio del reconocimiento internacional.

Durante estos años, ha mantenido su apoyo al hospital sin importar los reflectores, convencida de que su labor tiene un propósito más profundo.

Las imágenes de su más reciente entrega de juguetes, ahora portando la corona de Miss Universo, se viralizaron rápidamente en redes sociales, donde miles de personas reconocieron su empatía y congruencia.

Para Bosch, sin embargo, el verdadero valor está en permanecer. "Sigo aquí no porque tenga que hacerlo, sino porque esta causa me eligió a mí", reflexionó.

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