El programa nocturno Jimmy Kimmel Live! fue suspendido indefinidamente por la cadena ABC el miércoles 17 de septiembre, luego de la polémica generada por los comentarios del conductor en torno al asesinato del activista conservador Charlie Kirk.
La decisión, que sorprendió tanto a la industria del entretenimiento como a la audiencia, ha detonado un debate sobre los límites de la libertad de expresión en Estados Unidos.
¿QUÉ DIJO JIMMY KIMMEL SOBRE EL ASESINATO DE CHARLIE KIRK?
El detonante fue el monólogo que Kimmel presentó en su emisión del lunes, donde se refirió directamente a la reacción política tras el crimen.
"Durante el fin de semana se registraron nuevos mínimos, con la pandilla MAGA tratando desesperadamente de caracterizar al joven que asesinó a Charlie Kirk como cualquier cosa menos uno de los suyos y haciendo todo lo posible para sacar provecho político de ello", afirmó el comediante.
Estas palabras, en las que acusó a los aliados de Donald Trump de instrumentalizar la muerte de Kirk "para ganar puntos políticos", fueron interpretadas como un ataque directo a los sectores conservadores y provocaron una ola de indignación en la derecha estadounidense.
CONTROVERSIA Y CANCELACIÓN DE JIMMY KIMMEL
La controversia escaló rápidamente cuando el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, sugirió que las declaraciones de Kimmel no eran una broma sino un intento de "engañar directamente al público estadounidense".
Además, Carr advirtió sobre posibles sanciones regulatorias a ABC y su empresa matriz, Disney.
La presión política se intensificó cuando algunas filiales de la cadena amenazaron con dejar de transmitir el programa y, finalmente, ABC optó por retirarlo indefinidamente de su programación.
El propio Donald Trump aprovechó la situación para arremeter contra el presentador, calificándolo de "persona sin talento" y asegurando que su despido no tenía que ver con la libertad de expresión, sino con sus "malos índices de audiencia".
¿DISCULPAS?
La suspensión de Kimmel ha generado indignación en Hollywood, donde actores, productores y sindicatos de escritores denunciaron que la medida equivale a un ataque a la libertad de expresión y una concesión a las presiones del Gobierno de Trump.
"Estamos todos conmocionados", declaró un publicista de la industria a CNN, mientras la comediante Wanda Sykes llamó incluso a "rezar" por la situación.
No obstante, personas cercanas a Kimmel aseguran que el presentador no planea disculparse por sus declaraciones. La incertidumbre ahora gira en torno al futuro de un programa con más de dos décadas al aire, convertido en una de las principales plataformas de sátira política en la televisión estadounidense.