Sustituyen Bastón de Mando por “vara de imitación”, dice
De acuerdo con testimonios, la que está en Loma de Guamúchil y en otros pueblos no es la original, pero es muestra de la intromisión de los gobiernos
En algunos de los ocho pueblos de la Tribu Yaqui, la vara de mando utilizada no es la originalmente consagrada sino que la división y pleitos internos han causado su cambio por otras que carecen de valor ancestral.
De acuerdo con integrantes de comunidades como Loma de Guamúchil, sede del pueblo de Cócorit, el bastón de mando no es el original.
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En 2014, durante el sexenio del exgobernador, Guillermo Padres Elías, en apoyo a la creación del acueducto El Novillo, hoy Independencia, para dotar de agua a Hermosillo, se consagró por arbitrariedad a una persona afín al gobierno estatal.
Pero, quien estaba a punto de recibir el cargo, tras un altercado con yaquis que no estaban de acuerdo con el proyecto hidráulico, azotó con el bastón sagrado a su opositor y el instrumento terminó por quebrarse.
Aun así, la vara original se encuentra resguardada, bajo el conocimiento de que, desde la llegada de los jesuitas, se creó una nueva, la cual tiene alto valor espiritual, inmaterial, que según las leyes antiguas de los yaquis es el elemento de real valor para gobernar, pues significa el cuerpo de Jesucristo.
Y aunque también se creó un segundo, tercero y cuarto bastón, para los mayores el primero no tiene punto de comparación, por lo que la vara que fue destruida por desacuerdos y esa era la segunda vara.
Queda como lección, indicaron, de que la intromisión de los gobiernos civiles ha sido permanente hacia el interior de los pueblos yaquis, como sucede ahora con el pretexto de dotarlos de un Plan de Justicia.
Pero lo mismo se ha visto desde que a partir de 1991 comenzaron mayores presiones desde los gobiernos federal, estatal y municipal hacia las comunidades indígenas, lo que ha provocado la existencia de autoridades duales, algunas de las cuales se han apoderado de las Komunilas sin ser las realmente consagradas.
El último gobernador que se ha sentado en Vícam con las autoridades tradicionales fue Rodolfo Félix Valdés, afirmaron, y después de él han intentado hacer creer que los otros pueblos también pueden ser utilizados en vez de Vícam o Pótam.
CAMBIO DE SEDE
El bastón o vara de mando de Cócorit, del cahíta Cóocoim, que significa lugar de chiles, fue trasladado desde 1949 a Loma de Guamúchil, debido a una creciente del río Yaqui.
Por su seguridad, las familias se establecieron en un predio deshabitado al que llamaron Loma, por lo que al pasar de los años unieron los dos términos a Loma de Guamúchil.
Sin embargo, José Alejo Valencia Buitimea con cargo eclesiástico en El Conti, dio a conocer que, de acuerdo a la historia, Loma de Guamúchil pertenece a Cócorit.
Aun así, los mayores, es decir, los ancianos de la época, decidieron trasladar las varas de mando a Loma de Guamúchil y dejarlas en ese asentamiento para alejarse más del yori (persona ajena a su nación).
Y de acuerdo a la tradición de los mayores, las celebraciones religiosas de Cócorit, se deben realizar en la iglesia de El Conti, por guardarle un cariño especial transmitido por sus antepasados.
FALTA DE APOYO POR TRASLADO DE PODERES
La decisión de seguir celebrando las ceremonias religiosas en El Conti, dijo el matachín consagrado, no fue acatada por todos los habitantes que conforman Cócorit- Loma de Guamúchil, que prefirieron dividir la celebración en ambos asentamientos.
Valencia Buitimea comentó que, aunque tradicionalmente Loma de Guamúchil sea una ramificación de Cócorit, las aportaciones monetarias para los ritos de Semana Santa, Día de San Juan, entre otros, se destinan a la sede de Cóocoim.
Y sin importar las complicaciones por falta de recursos, hay quienes prefieren seguir en la antigua iglesia de El Conti, que según sus miembros envuelve una historia y vivencias de antepasados, quienes velaron y siguieron al pie de la letra las leyes de la Tribu Yaqui.
FALTA DE RESPETO A SUS USOS Y COSTUMBRES
Con el cambio de mando, platicó Manuel Flores Molina, que sirvió como matachín, pilato y chapayeca durante 38 años en el pueblo de Cócorit, se fue perdiendo el rigor con el que las autoridades de la iglesia, exigían se cumpliera con las normas establecidas en la religión.
“Muchos viejos lucharon por traerse los poderes que tiene la Loma de Guamúchil, como los gobernadores, capitanes, todos los que están ahí en la Guardia, a Cócorit, pero se acabaron los viejos y todo se quedó así”, mencionó.
Lamentó que, durante Semana Santa, hay chapayecas que, aunque tengan el conocimiento de no mirar o hablar con sus esposas durante la Semana Mayor, deciden romper las reglas y no son castigados por su desobediencia.
EL TRASLADO A LOMA DE GUAMÚCHIL
La gran inundación provocada por la creciente del río, detalló María Trinidad Ruiz Ruiz, responsable de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de Cajeme, ocasionó que la mayoría de los habitantes del pueblo se trasladaran a un lugar más alto.
“Dentro del decreto que estableció el presidente Lázaro Cárdenas donde les dota y reconoce parte del territorio original de los propios yaquis, Cócorit quedaba en la margen Izquierda del río Yaqui al igual que Bácum que tuvo una situación similar, por eso las autoridades tradicionales de Bácum, primero se trasladaron a Bataconsica, pero luego se regresaron y se establecieron en Loma de Bácum en fechas similares y por las mismas circunstancias”, detalló.
Además, cuando hay reuniones en los recintos sagrados o Komunilas, las autoridades nombran como Loma de Guamúchil, tradicionalmente pueblo de Cóocoim.
“Y el nombre que le dieron primero fue Pueblo de Misión de Visita del Espíritu Santo de Cóocoim, con la llegada de los Jesuitas en esta parte del río. Y no hay fecha exacta de ese nombramiento, al parecer fue en 1667”, concluyó.