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Se vuelve indigencia un estilo de vida





Por: Fabiola Navarro

El resistol fue primero, después siguió la mariguana y hace unos años el cristal, droga con la que definitivamente lo perdió todo: su conciencia, su dignidad, su trabajo y su familia.

Roberto  de 40 años de edad, es otro indigente, pero su adicción es al alcohol “ tengo familia en Tijuana y también en Guamuchil, Sinaloa, aquí no tengo a nadie, velo en un negocio y me dejan dormir ahí, como en los comedores de las monjitas y el dinero que me da la gente, lo uso para comprar mi mezcal”.

Como ellos, el DIF Cajeme tiene un padrón de entre 350 a 400 personas en situación de indigencia, que se contabilizan por medio de los comedores que tiene la depyendencia y otras organizaciones altruistas.

El director de la dependencia, Santiago López Meza, dijo que este tipo de personas se atienden en coordinación con el sector salud y son canalizadas a instituciones médicas o mentales, dependiendo de su estado.

“Si tienen adicciones se canalizan a médicos para su valoración, si tiene  un problema de salud mental o ambas, se trasladan a Hermosillo al psiquiátrico”, expuso.

Dijo que hay que diferenciar entre indigentes y migrantes, ya que algunos solamente van de paso y se les apoya a continuar su trayecto.

Mencionó que por medio de trabajo social, se ha logrado en estos 8 meses de administración, rescatar de su vida en condición de calle a 20 personas y reencontrarlas con sus familiares.

Recordó que el caso más reciente, fue de un hombre que desde hace años vivía en esta situación y se reencontró con dos de sus hermanos que radican en la comisaría de Pueblo Yaqui.

Lamentablemente, reconoció que hay otros que regresan a las calles ya que adoptaron la indigencia como un estilo de vida.